El gaullismo modifica hoy sus estructuras
Hoy en un congreso extraordinario del gaullismo, varias decenas de millares de franceses, oficializarán la nueva creación del movimiento, bajo el impulso y la dirección del ex primer ministro Jacques Chirac. Las siglas previstas, RFR (Unión de los Franceses por la República) parece que serán cambiadas a última hora. Paralelamente, los republicanos independientes, Partido de Giscard d'Estaing, anunciaron anteayer una operación semejante que sera conducida por el ministro del Interior y hombre «duro» del giscardismo, Michel Poniatowski.Sin que hasta la fecha haya cuajado esa idea, Servan Schreiber, otro de los líderes de la mayoría, perteneciente al grupo centrista-reformador, quisiera también convertirse en federador de todos los grupos que en el seno de la mayoría se inquietan ante el «activismo» de Chirac. La proximidad de las elecciones legislativas (los días 13 y 20 de marzo próximo) y los temores de una victoria de la Unión de la Izquierda, explican la agitación creciente entre las diversas componentes de la derecha que ocupa el poder.
Desde que, en 1947, cuando empezó la «travesía del desierto» del general De Gaulle, se fundó el RPF, el movimiento gaullista ha pasado por vicisitudes diversas, pero no ha dejado, en los momentos críticos del país, de atraer numerosos electores: la UNR correspondió a la «marea alta» que supuso la vuelta del general al poder en el 58; después se llamó Unión Democrática por la V República (UDV) y, por fin, UDR, siglas que morirán hoy mismo.
La primacía del "Jefe"
El movimiento revela las cualidades y defectos típicos del francés medio: un culto al jefe o, mejor, a personalidades recias, un patriotismo a ultranza, reverencia por quienes triunfan ellos mismos y no por los herederos. En resumen, el jacobinismo, e incluso el bonapartismo, contornean la clientela de este movimiento que sociológicamente se distribuye de la siquiente manera: 22 % de obreros, 19 % de empleados, 16 % de comerciantes y artesanos y 11 % de cuadros medios (los comunistas son obreros en su mayoría, y en el Partido Socialista predominan los profesores y funcionarios).La nueva estructura del gaullismo vuelve a los orígenes para concederle al jefe, es decir, al «hombre providencial», los poderes máximos: Chirac será presidente por dos años y tendrá en sus manos todas las riendas del poder: él nombrará al secretario general y a los miembros deI consejo ejecutivo.
En lo que se refiere al contenido del manifiesto-programa, la nueva formación se esforzó para que el «progresismo» no falte en todos los capítulos, con el fin de disuadir a quienes ya lo han calificado de «unión de todas las derechas". A pesar de esto, el movimiento de los gaullistas jóvenes (UJP) ha negado su adhesión.
«La independencia nacional, fundada en una defensa que debe tener como base la disuasión nuclear», el de que Europa ya no sea una «confederación», sino un «conjunto que respete la soberanía nacional»; la participación, la extensión de los medios de producción y de la propiedad, la reforma fiscal, el cambio del cuadro de vida, la abolición de los privilegios del saber, y la igualdad de las mujeres, son los capítulos de un programa que, por lo demás, no explica en qué forma se pondrá en práctica. Por otra parte, se subraya que la familia, más que nunca, es el lugar privilegiado de la felicidad, y que el Estado debe garantizar la salud material y la espiritual.
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