La demolición del matadero de Legazpi puede demorarse cinco años
El delegado de Abastos del Ayuntamiento, Pablo González Liberal, ha dirigido un escrito al presidente de la Asociación de Vecinos de Arganzuela, en trámite de legalización, en el que contesta a la petición formulada por varias entidades ciudadanas de la zona en el sentido de que, a la mayor urgencia, se demoliera el matadero de Legazpi y se dedicara a zona verde y se construyesen centros sociales.
La petición formulada hace cinco meses (véase EL PAIS 30 de junio), insistía en la necesidad de contar con los vecinos a la hora de planificar el destino del solar sobre el que se asienta el matadero. A esto contesta el Ayuntamiento que hasta dentro de cinco años, como plazo tope, no se podrá dar una solución definitiva a este asunto, ya que el destino del matadero depende de la entrada en funcionamiento de Mercamadrid.
En el extenso escrito remitido a los vecinos por Pablo González Liberal, se detalla la forma en que se procedió a la construcción del matadero. El 8 de abril de 1976 fueron cedidos al Ayuntamiento, por ley, los terrenos situados en la Dehesa de la Arganzuela, aportados por el Municipio al patrimonio del consejo de administración de la Canalización del Manzanares, con la condición expresa de destinarlos a la realización de un parque público en el plazo de diez años. El Ayuntamiento, para hacer frente a estos condicionamientos, acometió, de una parte, las obras para realización del parque en los terrenos que le fueron cedidos, y de otra, inició los estudios previos a la operación sustitutoria de los citados establecimientos. El 27 de febrero de 1973 el Ayuntamiento acordó formalizar un convenio con Mercasa para conseguir la construcción de los nuevos mercados centrales y del matadero, para lo que se decidió la constitución de Mercamadrid Las razones aducidas por los vecinos para exigir la rápida demolición del matadero eran, de una parte, la fuerte contaminación y congestión de tráfico que producía el matadero y su abastecimiento, además de quitar espacio a algo tan necesario para la zona como es un parque y dotación de locales sociales para el barrio, fundamentalmente guarderías.
El escrito elaborado por la Delegación de Abastos señala que se gestiona cerca del Ministerio de Industria la construcción inmediata de vial del cuarto cinturón que permita el enlace con el tercer cinturón, factor condicionante para la entrada en funcionamiento de la unidad alimentaria, habida cuenta de la extraordinaria intensificación de tráfico que generará su funcionamiento.
Dada la proximidad de tiempo para que venza el plazo de diez años prefijado para la incorporación al parque de la Arganzuela de los terrenos actualmente ocupados por el matadero y mercado central de frutas y verduras, el Ayuntamiento ha solicitado de la Presidencia del Gobierno que promulgue la disposición precisa por la que se autorice por cinco años la prórroga del mencionado plazo.
Según el Ayuntamiento esta solicitud no presupone que la prórroga instada vaya a agotarse totalmente, para la entrada en servicio de la unidad alimentaria sino que, según dice el escrito, «ha querido prever la remota posibilidad de que circunstancias imprevisibles así lo exigiesen, ante un retraso en la realización de los productos de construcción de las edificaciones, o fundalmente de las obras que corresponden al Ministerio de Obras Públicas».
Las asociaciones de vecinos firmantes de la primera solicitud enviada al Ayuntamiento se muestran intransigentes ante el nuevo plazo solicitado por el Ayuntamiento e insisten, en un escrito firmado por más de tres mil personas, que los índices de contaminación, tráfico, malos olores, ratas y degradación del medio exigen la inmediata demolición del matadero y la construcción del parque, cuyo primer plazo prometido está a punto de vencer.
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