Ningún refugiado vasco ha solicitado asilo en Suecia

En medios próximos a los refugiados del sur de Francia se asegura que carece de todo fundamento la información de que cinco vascos habían solicitado asilo político en Suecia debido a los controles de todo tipo a que les somete el Ministerio francés del Interior.No se descarta, incluso, que se trate en realidad de una solapada invitación del Gobierno vecino para que los refugiados busquen voluntariamente un país más acogedor, con lo que Francia se libraría de las dificultades que le plantea en sus relaciones con España la presencia de los etarras en zona fronteriza.

En busca de una confirmación más terminante de este desmentido hablamos también ayer con uno de los nueve confinados en la isla de Yeu, seis de los cuales se encuentran legalmente expulsados del territorio francés y a falta tan sólo de un recurso ante el Tribunal Supremo que no esperan ganar.

Esta expulsión legal necesita, para llevarse a la práctica, que algún Gobierno extranjero decida acogerles y, si no media una petición expresa por su parte, parece difícil que esto se produzca. En este contexto, los deportados creen que el Ministerio francés del Interior pretende que ellos mismos elijan otro país.

«En ningún momento hemos pensado siquiera en esta posibilidad -nos dijeron- Nuestro objetivo es volver a Euzkadi y esto no esperamos conseguirlo por una decisión judicial o legal, sino por la presión que puedan ejercitar las fuerzas democráticas francesas.»

En esta línea se inscribe el mitin celebrado la pasada semana en Nantes y el que va a tener lugar el próximo día 3 en esta misma ciudad francesa, donde los radicales de izquierda han levantado bandera en apoyo de los vascos confinados en Yeu.

También el lunes visitó a los refugiados el presidente de la Liga de los Derechos del Hombre, Henri Nogueres, a quien acompañaba excepcionalmente, según reconoce la propia prensa francesa, otro miembro del comité central de esta institu ción. Dos abogados, uno de ellos de Ammesty International y dos políticos franceses de la Unión de Izquierdas completaban la expedición.

Sobre las once de la mañana llegaron en vión a la isla y permanecieron en ella por espacio de unas seis horas, durante las cuales tuvieron oportunidad de comprobar la situación de extrema vigilancia a la que están sometidos. En una casa del pueblo, a la que habían acudi do para conocer la opinión que merecen los refugiados a los habi tantes de la isla, se produjo incluso un altercado al penetrar en la vi vienda varios CRS de vigilancia. E presidente de la Liga de Derechos del Hombre manifestó lue go en una rueda de prensa celebra da en Nantes lo siguiente: «La si tuación de los confinados en Yeu es un atentado contra las libertades individuales y afecta no sólo a quienes están deportados en la isla, sino a la propia democracia francesa.»