Fracasa la creación de un centro izquierda catalán
Un portavoz autorizado manifestó ayer a EL PAIS que se habían «suspendido indefinidamente las conversaciones que mantenían con vistas a una coordinación política cinco partidos de centro e izquierda moderada». Este hecho, de gran alcance, se produce a pesar de la actitud conciliadora adoptada por Jordi Pujol en la conferencia pronunciada el pasado jueves (véase EL PAÍS del 26 de noviembre).
Desde hacía varios meses, Esquerra Republicana de Catalunya, Esquerra Democrática de Catalunya, Convergencia Democrática de Catalunya (CDC) y Partit Socialist de Catalunya (ex Reagrupament) se reunían un día a la semana -normalmente en el despacho de Jordi Pujol - para tratar de coordinar su acción. La cohesión del grupo pluripartidista se vio afectada por el hecho de que Pujol, secretario general de CDC, no informase a los demás partidos de sus conversaciones con Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista de España. Sin embargo, el tema que ha originado el conflicto final es la retirada de CDC del Consell de Forces Polítiques de Catalunya (CFPC) sin que tampoco fueran informados los demás partidos de la coalición en ciernes.Con la desaparición de este embrión de frente común, y con la grave crisis del CFPC (véase EL PAIS de 25 de noviembre), la oposición democrática catalana está más desunida que nunca, por lo menos en lo que hace referencia a los últimos años. A estas dos crisis habría que añadir las tensiones internas de la Asamblea de Cataluña, que salieron claramente a la luz en ocasión de las últimas sesiones de la comisión permanente, al ser puestos en minoría los dirigentes del Partido Socialista Uniicado de Cataluña. Estas últimas tensiones también fueron confirmadas por Jordi Pujol en su reciente intervención pública.
En estos momentos casi todos los partidos catalanes mantienen fuertes antagonismos con la mayoría de los restantes. Los puntos más polemicos son: la existencia de dos partidos socialistas, el papel a jugar por el presidente de la Generalidad, en el exilio, y el carácter a dar a los contactos entre la oposición catalana y la española, particularmente con Coordinación Democrática.
Sin embargo, otro tema -conexo con los anteriores- puede establecer nuevas divergencias entre los diferentes partidos. Se trata de la actitud a adoptar ante las posibles negociaciones con el Gobierno y de la concurrencia o el boicot a las próximas elecciones legislativas.
En este marco, altamente confuso, CDC y Partit Socialist de Catalunya (Congres Constituent) podrían dar a conocer en breve sus respectivos criterios en lo que respecta a su política a largo plazo. En efecto, el consejo general del PSC (Congres Constituent) se reúne hoy en un lugar impreciso de Barcelona, y CDC espera poder llevar a cabo su primer congreso el próximo día 12 de diciembre en un centro religioso de Barcelona.
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