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Un miembro de un comando anti-ETA será juzgado hoy, en Francia

Un joven de veinticuatro años, que dice ser australiano y responde al nombre de Edwards comparecerá hoy ante la corte de apelación de Pau (Francia) bajo la acusación de atentar contra la vida del refugiado vasco J. Antonio Urriticoechea, lo que podría costarle una petición fiscal de pena de muerte.Los hechos que se someten a juicio ocurrieron en junio del pasado año. La tarde del día 5 tres hombres integrantes de un comando anti ETA, iban a colocar una bomba ante el domicilio de Urriticoechea, en la calle Milady, de Biarritz, cuando el artefacto hizo explosión en manos de quien lo llevaba: Marcel Cardona nacido en Rabat en 1938, condenado en Francia y en España por contrabando de armas.

Cardona murió en el acto y Edwards resultó herido de gravedad. El tercer hombre,que pudiera tratarse de un italiano llamado Carlo Pelagatti, de veinticuatro años, pudo huir a bordo del coche de color claro en el que acababan de llegar. Ha sido descrito como un hombre pequeño y moreno.

Edwards curó de sus heridas en el hospital de Bayona y desde entonces se encuentra en prisión. Pese a que no hablaba inglés, durante muchos meses mantuvo que tenía nacionalidad australiana, aunque últimamente parece haber renunciado a sus orígenes australianos para afincarse en territorio español con el apellido Márquez. En todo caso, lo cierto es que el único idioma que habla correctamente es el castellano, y la dirección que facilitó en una tienda de alquiler de motos de Biarritz era de la madríleña avenida del Generalísimo.

El encartado había llegado a Biarritz el día 1 de junio y se había alojado en el hotel Maitagarría. Ese mismo día entraba en el hotel President Carlo Pelagatti y dos días después lo haría Marcel Cardona. Estos tres hombres mantuvieron contactos durante estos días y se les vio cenar en el restaurante del hotel Palais, en compañía de una cuarta persona, un español de 49 años llamado Miguel Sánchez, natural de Madrid y domiciliado en la avenida del Generalísimo.

El coche de color claro que Pelagatti utilizó para huir de la zona de la explosión sería descubierto ocho días después en San Juan de Luz, después de una nueva cadena de atentados contra refugiados vascos. En su interior se encontró un pasaporte a su nombre, un carnet italiano a nombre de Pulidor¡,, una lista de seis refugiados con sus correspondientes fotos, munición de calibre nueve milímetros, dos bombas y varios detonadores.

Todo ello hace pensar a los abogados de los vascos que por aquella época maniobraban en el sur de Francia al menos dos comandos, cuya misión era atentar contra seis o siete presuntos militantes de ETA. La explosión de la bomba en la calle Milady impidió posiblemente que el programa pudiera completarse.

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