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Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
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La ventanilla

Tengo confesada mi afición a las colas. Soy un pequeño sociólogo de cola, así como Azorín decía que era un pequeño filósofo. Azorín era, que ya lo dijo el otro, un tartamudo mental. De modo que he cogido mi paraguas rojo y me he ido a la cola de las asociaciones políticas, o sea que no había cola, a la ventanilla quiero decir, porque, en este país de grandes colas, donde la gente hace cola - para todo, por gusto o por hambre, nunca se había visto una cola más desasistida que esta de las asociaciones. Con lo que está cayendo en las Cortes, la ventanilla del registro de asociaciones es ya pura arqueología política. Ha tenido una vida corta y rala, como el Manzanares. Por eso he querido conocerla y hacer una crónica de la ventanilla, porque uno es un vadeador de ríos sin cauce e ideologías en crepúsculo. Pero miento. Creía que no me iba a encontrar a nadie, y encuentro allí a todo el mundo, como si fuese la cola del autobús, cuando la huelga salvaje, que le dicen aquí las autoridades a la, huelga, como a la democracia la llaman cáduca y a la República nefasta. Les pierde el adjetivo. Debe ser una cosa que les ha quedado de Azorín, que fue el único 98 del Régimen, o casi.Bueno, pues resulta que la realidad de la verdad de la vida es que en la cola de la ventanilla estaba José María Gil-Robles pidiendo la vez.

-Le falta a usted una póliza- le decía el funcionario.

Pero José María no había ido a apuntarse, sino a escribir un ensayo sobre la ventanilla.

-De todos modos, le falta una póliza- insistía, obcecado, el burócrata.

También encuentro en la cola a mi viejo y querido amigo y maestro Miguel Mihura, que se dice que le van a hacer académico:

-Pero Miguel, tú metido en. política.

Me explica que no. Que como él es un amante de la soledad, el silencio, la meditación, la paz y las novelas de Simenon (ahora se le ha muerto Gabin, el Maigret cinematográfico), pues antes iba a Fuenterrabía, huyendo de Madrid, castillo ruidoso, pero ahora Fuenterrabía y toda la cornisa está intransitable, con las pandillas derechistas que andan sobando al personal, de modo y manera que se ha venido a la cola del registro de asociaciones políticas.

-Chico, es lo único tranquilo y apacible que nos va quedando -me dice- Aquí es que no viene nadie,

Me alegro de que Miguel haya dejado su comisa, aunque ahora le han puesto de contrincante, para lo de la Academia, a un general, Díez-Alegría, que es un militar de lámina liberal e ilustrada. Cualquiera de los dos quedaría bien a la derecha o a la izquierda de Dámaso Alonso. Más que cola, se ha formado una tertulia amistosa, política y apacible. Ya digo que la ventanilla del registro de asociaciones es una cura de soledad y abandono. Aquí está Luis González-Seara, que tampoco viene a apuntarse, claro.

-Tengo tanto trabajo, entre la revista y el diario -me dice-, que de vez en cuando, me vengo aquí a descansar un rato y ordenar ideas.

También a él le han pedido una póliza. Los funcionarios de las ventanillas siempre exigen una póliza, como el minotauro exigía una joven virgen. Pero por el módico precio de una póliza disfrutas un rato de paz, soledad, silencio y tabaco rubio. Porque estos hombres famosos, como los que acabo de citar, no pueden- ir al Ca-. sino de Madrid, ni a Bellar Artes, ni a Chicote, ni a Zalacaín, que les conoce todo el mundo y les proponen pactos, alianzas o duelos a espada en todas partes. Alfonso Palomares, director de Posible, venía huyendo de Nicolás Franco Pascua¡ de Pobil, por el informe que ha publicado sobre papá, pobre papá, mamá te ha encerrado en el armario y a mi me da mucha pena. Pero precisamente aquí se ha encontrado a Pascua de Pobil, cada uno con su póliza.

Otro hombre muy ocupado es José Mario Armero, director de Europa Press. Se viene a este casinillo de la ventanilla a descansar y hablamos de Lucio, el chamarilero de los felices cuarenta, que nos surte a los dos de dulces nostalgias. De partidos políticos, ni rastro. La ventanilla cierra a la una (quizás para siempre) y aquí no se ha apuntado nadie. ¿Será que los españoles no creen en la democracia? O que no creen en la ventanilla.

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