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Los países industrializados preparan una ofensiva común

Representantes de los ocho países industrializados más importantes del bloque capitalista celebrarán una reunión top secret durante este fin de semana, en algún lugar de Suiza. Objetivo principal: coordinar la ofensiva del bloque de países industrializados contra la amenaza de aumento de precio del petróleo que prometen, para el 15 de diciembre, los miembros de la OPEP (Organización de Países Productores de Petróleo).

Henry Kissinger, secretario de Estado norteamericano, ha comenzado a mover sus hilos en dirección de los países de la CEE y de Japón, para estructurar un frente común de autodefensa. Si el oro negro aumenta entre un 10 o un 15 % durante la reunión de la OPEP, en Qatar (golfo Pérsico), los países industrializados pasarán serios apuros para mantener su frágil recuperación económica.En Bruselas, el portavoz de la Comisión Europea no confirmó ni desmintió el encuentro secreto en tierras suizas. Precisó que si los países productores aumentan el precio del petróleo bruto en un 10%, los nueve deberán pagar una factura suplementaria del orden de los 5.000 millones de dólares.

Los ministros de Asuntos Exteriores, en su reunión del 15 y 16 en esta capital, los de Economía y Finanzas, el 22, y los jefes de Estado o de Gobierno, en su Consejo europeo, el 29 y 30 de noviembre en La Haya, se ocuparán con prioridad de la amenaza de un aumento del precio del petróleo.

Los expertos de países ricos y países pobres preparan en Paris la fase ministerial de la Conferencia de Cooperación Económica Internacional, denominada tambien Diálogo Norte-Sur. Su reunión ministerial se anuncia para el 15 de diciembre, es decir, simultáneamente al encuentro de los países de la OPEP, en Qatar.

Las posiciones hasta ahora son difíciles de conciliar. Los países industrializados quieren buscar nuevas fórmulas de cooperación, para evitar un caos económico en las sociedades desarrolladas. Los países productores dicen que la inflación galopante de los países industrializados les obliga a adaptar periódicamente los precios.

A la vista de un conflicto, las grandes sociedades petrolíferas (las únicas que no han perdido durante la crisis energética), se apresuran a almacenar el máximo de oro negro. Cinco compañías europeas, de dimensiones más pequeñas que las norteamericanas, vana rechazar un proyecto de cooperación, por parte de la Comisión europea, ante el peligro de crear un monopolio de precios.

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