Cualquier aumento del precio del petróleo relanzará la inflación mundial

Mientras los ministros del petróleo dé los países de la OPEP no están de acuerdo sobre el incremento que experimentará el precio del petróleo, la sensibilización de las economías occidentales a la próxima subida es cada vez más patente. La alarma por el nuevo tirón de los crudos se centra en un aspecto: cualquier aumento del precio del petróleo relanzará la inflación mundial.

Estados Unidos lo advierte, casi en plan de ataque, a los responsables de la OPEP, por el nuevo golpe a la economía mundial que supondrá este aumento. Un crecimiento del precio del petróleo del orden del 10% añadiría 12.000 millones de dólares a la factura anual pagada por los países importadores de crudo. Además, reduciría la capacidad importadora de los países no productores de petróleo y agudizaría las tensiones inflacionistas en el mundo entero. Las importaciones americanas de petróleo procedentes de los países árabes se habrán casi doblado al finalizar 1976. Más de 250 millones de toneladas de petróleo al año es una buena factura y además sólo representa el 40% de sus necesidades.Las tendencias en la OPEP

Entre el aumento del 25% que proponen dos de los más importantes productores -Irán y Venezuela-, el 10% defendido por los Emiratos Arabes Unidos y el mantenimiento del precio congelado decidido en mayo y sugerido ahora por el jeque Yamani de Arabia Saudita, parece que la próxima reunión de la OPEP estará llena de discusiones tormentosas.

Pero mientras los responsables de los países industrializados empiezan a temblar por la inminente subida del petróleo, los miembros de la OPEP se muestran más optimistas -a pesar de sus divisiones- porque subsiste el consenso de que la reunión de Qatar del 15 de diciembre conducirá a descongelar los precios del crudo. Casi al mismo tiempo de las advertencias de Ford en su fallida campaña electoral («cualquier incremento del precio del petróleo será injustificado»), el Sha de Persia -después, de comprar un importante paquete de acciones de la Krupp alemana-, declaraba que las economías occidentales estaban preparadas y tenían que acostumbrarse a esta subida.

Otras razones de más peso justifican la próxima subida del oro negro. El ministro indonesio de Minas, Sadli, ha escrito en el boletín informativo que publica la OPEP una acalorada defensa del poder adquisitivo de los países petroleros: «Uno de nuestros principales objetivos debe ser mantener el poder de compra de nuestros ingresos por exportaciones. Esto ha de ser considerado como un objetivo legítimo para los países en vías de desarrollo, tan claro como los sindicatos occidentales tienen el derecho a defender el poder adquisitivo de sus salarios». La OPEP «deberá ser la primera en la línea de combate».

Frente a esta elegante justificación de la subida, las autoridades económicas de las naciones occidentales se muestran ya realistas y resignados. El primer ministro francés, Raymond Barre ha declarado que las alzas del bruto a nivel internacional repercutirán inmediatamente en las tarifas interiores de su país.

En España, suponiendo que la subida del petróleo no sea superior al 10%, el volumen de importaciones se incrementará entre 25 y 35.000 millones de pesetas, agravando así el déficit de nuestra balanza comercial. La subida de los costes industriales repercutirá en los precios e impulsará la fiebre inflacionista.