Manifestación de taxistas en Salamanca, tras el asesinato de un compañero
En la noche del sábado fue asesinado a unos 48 kilómetros de la ciudad el taxista salmantino Horacio Eugenio Sánchez, de 42 años de edad, casado y con dos hijos. La víctima, según indica la autopsia, falleció por una anemia aguda posthemorrágica producida por siete puñaladas de las que ninguna había sido mortal por sí misma.El hecho debió ocurrir entre las nueve y diez de la noche, dos horas después de que el señor Sánchez se despidiera de sus compañeros, al parecer para dirigirse a su domicilio, ya que según ellos mismos, era una persona que madrugaba mucho pero que no solía hacer servicios nocturnos. Su muerte no se produciría hasta las doce de la noche, intervalo de tiempo en el que recorrió unos trescientos metros antes de caer definitivamente. El vehículo fue encontrado en una vaguada a unos diez kilómetros del lugar de los hechos.
En la mañana de ayer, la totalidad de los taxistas salmantinos -151- acompañaron al cortejo, manifestándose por toda la ciudad antes y después del funeral y del entierro con cintas negras -que no abandonarán en toda la semana- y con pitidos de claxón.
Al dolor por la muerte del compañero se añadía el descontento por parte de la mayoría de los taxistas que no encontraron representación del Ayuntamiento ni del Gobierno Civil en el funeral, aunque sí acudieron al acto el delegado de Sindicatos y el jefe de la policía municipal, además de representaciones de otros medios de transporte.
Por otra parte, algunos taxistas apuntaron la necesidad de solicitar de la autoridad permiso para llevar armas u objetos que pudieran facilitar la defensa del conductor de taxis ante hechos como este.
Aquí, el problema de la violencia en Salamanca se patentizó en las conversaciones confluyentes todas en el mismo punto: la confusión creada en el ciudadano por la falta de información a que está siendo sometido, la posibilidad de que algunos grupos no encuadrados en las bandas juveniles aprovechen la situación para realizar sus fines delictivos.
La muerte del taxista y los hechos ocurridos durante el pasado fin de semana, entre los que se incluyen agresiones en las calles, robos en establecimientos e intentos de atracos a viviendas, han colmado la paciencia del ciudadano. El domingo las colas para denunciar casos y prestar declaración fueron continuas.
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