Una gamberrada

He visto muchas cosas en televisión que me han dejado perpleja, pero pocas me hin indignado tanto como lo presenciado el día 27 en el programa Raíces.Es inadmisible que nos sirvan en banda una tradición que es una auténtica gamberrada, en la que entra en juego la humillación de un ser humano y el salvajismo de un pueblo.

Me parece muy bien que los ayuntamientos fomenten y promocionen actos y festejos de honda tradición en sus respectivas localidades, siempre que estas tradiciones y festejos no sean muestras del subdesarrollo e incultura, que si bien eran admisibles en la época de la que datan estos festejos, son totalmente incomprensibles en nuestros días. El que se intente por todos los medios continuar con un espectáculo como el que RTVE nos ofreció ayer, es algo repulsivo

La triste vista de un hombre golpeado, embadurnado, desnudado, magullado, convertido en un guiñapo y arrojado al agua, seguido por una verdadera jauría humana vociferante, fue deprimente.

El que por falta de «voluntario para sufrir ese calvario denigrante, se pagara a una víctima propiciatoria (se le hizo un seguro de vida por parte del Ayuntamiento de 30.000 pesetas), a fin de que los españoles no perdiéramos esa diversión es algo que no comprendo, y mucho menos que RTVE, se tomara la molestia de ofrecer sus pantallas para algo tan bochornoso.