Gerald Ford ganará, según el Instituto Gallup
Setenta millones de norteamericanos decidirán hoy, con su voto, el resultado de la más reñida campaña electoral de las últimas décadas. En la víspera de la elección, Ford y Carter aparecían muy igualados en los sondeos y continuaron hasta el último momento sus esfuerzos por atraerse a los votantes indecisos, que pueden determinar la victoria de cualquiera de los dos candidatos.
El Instituto Gallup se decidió ayer, por fin, a dar su «veredicto», favorable por un solo punto al presidente Ford. Para el señor Gallup, que dejó bien claro que sus polls no tienen el carácter de predicciones, sino que se limitan a recoger el estado de la opinión pública en un momento determinado, Ford puede obtener más votos que su adversario.Según el definitivo sondeo Gallup, Ford goza del apoyo del 47 % del electorado, mientras que Jimmy Carter tiene el 46 %; el candidato independiente, Eugene McCarthy, un 2 %; otros candidatos, un 1 % en total; y los votantes indecisos suponen un 4 %.
Estos porcentajes se refieren al voto popular, que no coincide necesariamente con los votos electorales de cada estado, y que serán los que decidan en realidad el resultado. Las previsiones en este terreno son más favorables al candidato demócrata, aunque ninguna llega a atribuirle los 270 votos electorales que son necesarios para ganar la carrera hacia la Casa Blanca.
Ford, que es el presidente saliente o incumbent, que se ha visto en mayores dificultades para conseguir, primero, su nominación como candidato por su partido, y después, para alcanzar a su oponente en los sondeos de opinión, se permitió el pasado fin de semana, en Texas, anunciar por primera vez una victoria por amplio margen.
En las filas de Carter, el resultado del sondeo Gallup provocó cierto nerviosismo, pero el portavoz de prensa se apresuró a declarar que la diferencia era mínima y que un sondeo anterior del Instituto Harris había dado ventaja al candidato demócrata. Sin embargo, lo que es un hecho incontestable es el vertiginoso descenso de Jimmy Carter en los sondeos, que le daban por absoluto vencedor en julio y que ahora admiten la posibilidad de su derrota.
En este sentido, es evidente que, gane quien gane la elección presidencial, el ganador estratégico ha sido el presidente Ford, que logró dar la vuelta a una situación realmente difícil. Como los buenos atletas, Ford se reservó hasta el final, sin hacer campaña en las primeras semanas o, más exactamente, haciéndola de forma indirecta en el rose garden de la Pasa Blanca.
Carter, que inició hace casi dos años su carrera hacia la Casa Blanca, se encuentra en un momento difícil, que podría verse agravado todavía por el incidente ocurrido el domingo en la iglesia baptista de su pueblo, Plains, en el estado sudista de Georgia.
Clemmon King, un clérigo de color con antecedentes como activista de la lucha por los derechos civiles, solicitó el domingo su ingreso en la iglesia de Plains, que votó en 1965 la no admisión de negros en su seno. El párroco de Carter, Bruce Edwards, negó el ingreso a King y anunció su intención de suspender los servicios religiosos antes de que un negro entrara en la iglesia, cosa que efectivamente hizo al insistir King en sus peticiones.
Para los demócratas, el incidente está claramente provocado por los republicanos, que buscan privar a Carter de los votos negros, lo que podría suponer su derrota. El hecho de que la familia Carter fuera la única que votó en contra de esta ley segregacionista en su iglesia puede mitigar el efecto del incidente, pero no se sabe hasta qué punto.
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