Una guía ilustrada de quienes conmovieron al mundo

El 1 de enero de 1962, cuatro jóvenes de Liverpool graban en Londres para Decca Récords. Georges Harrison canta The sheik of Araby. Paul McCartney hace lo mismo con Red sails in the Sunset. John, Lennon graba el Please Mr. Postman. Mike Smith, ejecutivo de la casa, discográfica grita «¡extraordinario!» pero su jefe Dick Rowe, con esa sabiduría que da la experiencia y, sobre, todo, el autoconvencimiento de poseer la verdad absoluta, sentencia: «Los grupos con guitarra están en bancarrota. Señor Spstein, en realidad usted tendría que haberse quedado en su tienda de discos.» La casa Decca acababa de dejar pasar por la puerta de su casa a los Beatles. Seis meses después, la casa Emi aprobaba en sus planes la grabación y posterior lanzamiento del primer sencillo, Love me do. Todo comenzó ahí.Roy Carr y Tony Tyler son los autores de The Beatles. Una guía ilustrada que se lanza al mercado bibliográfico español en estos días. Si alguien dudaba de la importancia del conjunto -y en 1962 dudaban muchos- trece años después los Beatles se han convertido, mal que les pese, en la nueva academia de la música. Con ellos se refuerza la tesis de Sanguinetti de que, las vanguardias artísticas tienen sólo dos proyecciones: suplantar a la academia en boga cuando surgen, o quedar relegadas al olvido. Con el conjunto de Liverpool no hace falta aclarar cuál de las dos posibilidades aprovecharon.

El libro -analiza uno a uno todos los elepés de la prolífica composición de Lennon, McCartney y Harrison pero a la vez facilita los datos marginales del momento en que se lanzan, datos que resultan absolutamente fundamentales para comprender la evolución del conjunto una evolución en la que lo musical cm sólo parte de un todo. Música, política, misticismos, hábitos sociales e individuales, condicionamientos económicos y un amplio etcétera que configura, siquiera sea mínimamente, el ser y el sentir del grupo.

Lejana ya la visita a España, con, un resultado comercial algo más que discreto, y una persistente manía en llamarles Los escarabajos -tenga usted en las cercanías una base norteamericana como la de Torrejón para esto-, en 1965 los cuatro jóvenes recibían en Buckinghan Palace la Orden del Imperío Británico.

Poco antes de ser recibidos por la reina se fumaron unos petardos. El escándalo les seguía. Algunos de los caballeros condecorados con anterioridad devolvieron sus medallas a modo de digna protesta. El gesto fue compensado por John Lennon que devolvió la suya el 25 de noviembre de 1969, como protesta contra la participación del Reino Unido en las guerras de Biafra y Vietnam.

El 10 de abril de aquel mismo año -1969- la prensa titulaba «separación de los Beatles». Paul McCartney declaró su independencia. Lel it be era su testamento como grupo. A partir de aquella fecha cada uno de ellos seguiría su carrera por su cuenta. Lennon con Yoko Ono, se encamaban en diversas capitales del mundo en pos de una paz anhelada y utópica. McCartney, con su mujer, crearía Wings. Harrison demostraría con creces su capacidad creativa y sus espléndidas relaciones personales, montando los conciertos para Bangla Desh, en el Madison Square Garden de Nueva York (1971). Ringo, se convirtió en estrella cinematográfica y reanimador de viejas canciones (Sentimental journey).