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Refugiados españoles siguen en espera del pasaporte

En vísperas de la visita oficial a Francia de los Reyes, don Juan Carlos I y doña Sofía, que empezará el próximo día 27, en el Consulado General de España en París aún quedan «veinte casos sin resolver, inexplicables y lamentables", declararon ayer fuentes consulares. Inexplicables porque se han pedido repetidamente y la situación de las personas a quienes conciernen no es diferente de la de otras muchas que ya están en España. Y lamentables porque nosotros ya no sabemos que decir a los interesados, que incesantemente aluden a una injusticia gravísima por parte de las autoridades. «Las únicas explicaciones que llegan de Madrid dicen que esos pasaportes están pendientes de examen en la Dirección General de Seguridad o en la Comisión Interministerial que se creó ad hoc.Uno de los casos considerado ejemplar es el de Sixto Agudo González, alias José Blanco (nombre de guerra durante varios años). Sixto Agudo tiene sesenta años en la actualidad, cuando empezó la guerra había cumplido 19 años. Es comunista, se escapó de un campo de concentración, en el año 39, y llegó a Francia, en donde se alistó voluntario durante cuatro años en la Resistencia. Volvió a España, a Andalucía, para trabajar en el partido y fue detenido en 1944. Condenado a muerte, cumplió dieciocho años de cárcel. Después vivió en México y en Francia como exilado.

Desde 1971 ha pedido insistentemente el pasaporte y, en cada ocasión, se lo han denegado. Interrogado sobre los motivos, Sixto Agudo declara: «Puede haber dos razones, digo yo. En primer lugar, pienso en que como partícipé en el asedio del Alcázar de Toledo, quizá alguien esté interesado en hacerme pagar lo más caro posible el delito. Por otra parte, cuando fui detenido en Sevilla, en el 44, no di mi nombre, sino el de mi cuñado, José Blanco, porque temía que con el mío propio me identificaran y me fusilaran, como hicieron con todos los que intervinieron en el asedio del Alcázar de Toledo».

Sixto Agudo también piensa que el haber falsificado el nombre pudiese influir en su situación, José Blanco, su cuñado, también exilado, ya está en España, como la familia de Agudo, a quien en un momento determinado le aseguraron le darían pasaporte de ida únicamente, pero que ahora, también se le deniega. Después de cuatro años de lucha por el pasaporte y después de los veinte telegramas que ha enviado al consulado, de febrero a esta parte, Sixto Agudo se desespera: «Pensar, declaró ayer, que llevo casi un cuarto de siglo luchando por la política de reconciliación nacional». Otro caso semejante es el de Jesús Izaray, escritor: «Si supieran lo que supone haber soñado durante la mitad de la vida, desde el exilio, en volver a España... Izcaray tiene 67 años.

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