Desmitificar
El ministro de Trabajo, señor Rengifo, va y dice: «Hay que desmitificar el socorrido artículo 35». Y para desmitificarlo, lo han suprimido. Era el artículo laboral del despido, o sea que ya se puede dar puerta a los obreros sin mayores complicaciones.-Puestos así, señor ministro, podríamos desmitificar las leyes antiesclavistas y tomar una esclava portuguesa para que nos lustre los zapatos con la lengua.
Digo portuguesa porque Madrid se está llenando de criadas portuguesas que se vienen a servir a España, abandonando la tierra que no tenían en Portugal, la finca que les han quitado en el Alentejo, ya que nunca se la habían dado, realmente.
-Son las consecuencias del socialismo -me dicen en la comida de hoy, que ha sido una comida de derechas.
-Perdón, son las consecuencias de un socialismo mal hecho, como el portugués.
Hagamos aquí el socialismo un poco mejor que en Portugal, porque como hagamos un socialismo atlántico o de quinta flota, a lo mejor la duquesa de Alba y la de Quintanilla van a tener que irse de «chicas para todo» a Paris.
Hombre, no creo que a ésas les tocase tirar de aspiradora -dice el quiosquero, que se las conoce por el Hola.
Como la derecha vive siempre del préstamo cultural de la izquierda, ahora los ministros usan con mucha soltura el término desmitificar, que antes era una cosa que sólo se podía decir con jersey. Y don Alvaro Rengifo, ministro de la cosa, ha ido y ¡hale!, ha desmitificado el artículo 35. Y encima lo ha explicado:
-En la cuesta abajo que estamos convenía la suspensión temporal.
¿Y por qué no desmitifica ese señor el artículo dos de la ley de Prensa? Parece que es un buen desmitificador, o sea que podían llamarle. Pero en lugar de eso han secuestrado dos revistas: Guadalimar, como anticipé aquí, y Siesta, que es cosa fina. Anoche, en una cena, estaba el señor Reguera, ministro de Información.
-No vas a ser menos que tu colega de Trabajo -le dije- Tienes que desmitificar el artículo dos, para que vean que tú también desmitificas.
Pero nos separamos en el acto, porque cuando Reguera y yo estamos juntos, en seguida viene alguien a pegarnos o la ETA ajusticia a un señor. No sólo ha desmitificado el artículo 35, el señor Rengifo, sino que le llama socorrido. La verdad es que la justicia social es una cosa muy socorrida. Hay que acabar con el socorrido Manifiesto Comunista, con el socorrido Carlos Marx, con los socorridos Derechos del Hombre y, en general, con la justicia y la libertad, que son palabras muy socorridas.
Incluso habría que desmitificar al señor Rengifo, que también está ya muy socorrido apunta el parado.
-Y muy visto.
Con su socorrida corbata de dibujitos y su socorrida alopecia incipiente, pero avanzada, el señor Rengifo encuentra socorrido el único artículo justo -o uno de los pocos- de nuestra legislación laboral. Cuando la derecha se pone a desmitificar es tina cosa mala. Un día desmitificaron a tiros la República, otro día desmitificaron a Grimau y ahora acaban de desmitificarme a Nadiuska a base de censurarla. Yale quiere sacarnos a Nadiuska y a mí en un reportaje erótico:
-No sé si te propones desmitificarme a mí, desmitificar a Nadiuska o desmitificarnos a los dos -le he dicho.
Me llama Pepe Tous para decirme que Saritísima está con ganas de trabajar:
-Ten cuidado, Pepe, no te la desmitifiquen, que corren malos tiempos.
Ha habido en Madrid una exposición desmitificadora del arte kitchs de la España de postguerra: postales, insignias, altarcitos, símbolos y mesas-camilla. Les ha faltado la corbata del señor Rengifo. Este señor, ya puesto, es capaz de desmitificar la Constitución de los Estados Unidos. ¿Por qué no desmitifica la ley de Secretos Ofliciales, la lista de la Lockheed o la materia reservada sobre supuestos inalos tratos? Me dirá que no son cosas de su deparlaniento. Una respuesta muy socorrida. Como su corbata.
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