El viaducto podrá ser "art-deco" y no racionalista
El Viaducto de Madrid no es puramente racionalista, sino que es posible encuadrarlo, más bien, dentro del estilo modernista del Art-Deco. Esta teoría fue expuesta por el profesor Luis Moya, académico de la Real de Bellas Artes y profesor de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, en el curso de una mesa redonda que, sobre el tema genérico del Viaducto, se celebró anteayer en la sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, en la calle de Barquillo.
Al acto, organizado como complemento de la exposición que en estos momentos se muestra en la sede del COAM sobre El Viaducto y lo demás, asistieron un gran número de profesionales interesados en el tema, tanto arquitectos como ingenieros y aparejadores, así como una representación del Ayuntamiento de Madrid, encabezada por el primer teniente de alcalde, Jesús Suevos, y compuesta por el delegado de Obras y Servicios Urbanos, José González Paz, y el concejal presidente de la Comisión de Obras, Eduardo González Velayos.Las posturas que se expusieron en el coloquio que se entabló a continuación de la breve disertación del profesor Moya sobre él estilo del Viaducto fueron varias, pero encaminadas todas ellas a dejar sentada la necesidad de que el Viaducto se conserve, en razón de su valor artístico o en razón de su utilización práctica para la ciudad.
«Con el Viaducto, el Ayuntamiento hará lo que digan los técnicos», dijo el señor Suevos.
El ingeniero José Calavera apuntó el hecho de que, si bien es posible que el actual Viaducto no resista el paso de los trenes de carga actuales, entre otras razones porque no está calculado para ello, no es menos cierto que, en otros puntos de Madrid, el paso de este tipo de cargas es también problemático.
El profesor Moya fue interpelado por el concejal González Velayos acerca de la viabilidad de una solución mixta para el Viaducto, entre la demolición total y la conservación a ultranza, consistente en la reforma del tablero en base a las modernas técnicas del hormigón pretensado. El profesor Moya afirmó su creencia de que la solución sería factible y no afectaría en modo alguno la estética de la obra, al quedar el nuevo tablero oculto por la barandilla que lo bordea.
El arquitecto y urbanista Fernández Alba insistió en su intervención en la existencia de una cultura ciudadana, una de cuyas muestras es la arquitectura en ella existente. Sin embargo, y a su juicio, el Ayuntamiento está destruyendo esta parte de la cultura ciudadana de una forma sistemática. Para sustentar su tesis, puso el ejemplo del mercado de Olavide y tantos palacios como en Madrid han desaparecido por obra y gracia de la piqueta, con el visto bueno municipal.
«Es muy posible, contestó el señor Suevos, que los políticos nos hayamos equivocado al permitir que se derriben ciertos edificios de la ciudad. Pero no hemos, de olvidar, y en este colegio profesional estamos, que todos esos errores se han podido cometer con unos planos y unos proyectos redactados por los arquitectos.»
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