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Un grupo de sacerdotes de Plasencia expone su decepción al nuncio

«Consideramos obligado, después de una reflexión a la luz del Evangelio y de la realidad de nuestra región extremeña, expresar los sentimientos que el hecho del nombramiento del obispo de nuestra diócesis ha producido en nosotros y en una gran parte de nuestras comunidades cristianas.»

Así comienza la carta que «con toda reverencia y con el debido respeto», un grupo de sacerdotes de la diócesis de Plasencia entregaron al nuncio de S.S. en España el pasado día 2 de octubre. La nota va firmada por 19 sacerdotes pertenecientes a tres arciprestazgos de la diócesis placentina (Don Benito, Miajadas y Navalvillar de Pela).«Hemos experimentado una honda decepción -dicen-, no por la persona del obispo, que desconocemos totalmente como él nos desconoce -lo cual ya es preocupante en sí-, sino por la forma en que se ha producido tal nombramiento.»

«Nos resulta extraño y nos duele profundamente que no se haya tenido en cuenta la petición que se elevó a esa Nunciatura en el mes de febrero de 1974, firmada por el vicario y los arciprestes en representación del 86 por 100 del clero diocesano, así como otros escritos de seglares. Como nos duele también que la consulta efectuada para dicho nombramiento haya podido quedarse genéricamente en la Provincia eclesiástica cómo tal. Desde luego, y en concreto, a los sacerdotes y seglares comprometidos de la diócesis placentina no ha llegado.»

«Si los pobres deben gozar -continúa la carta enviada al nuncio- de una atención preferente en la Iglesia de Cristo, no entendemos cómo nuestra diócesis, inserta en la región extremeña, subdesarrollada, marginada y frustrada por otros sectores, merezca por Vuestra parte un trato discriminatorio en relación con otras diócesis, precisamente ahora que la Iglesia dispone de la tan ansiada libertad en el nombramiento de sus pastores.

¿Cómo va a levantar cabeza Extremadura? ¿O es que se pretende por parte de la jerarquía eclesiástica que no lo consiga, al imponer obispos de otras regiones que, por muy buenos que sean, nunca podrán identificarse con ella? Basta mirar la realidad de las tres diócesis. Los hechos cantan.»

«De lo ocurrido con la diócesis de Plasencia ya se han hecho eco Zamora y Cáceres, al menos. Sus temores son lógicos, por razones parecidas a las nuestras. Deseamos se tengan en cuenta sus justas aspiraciones, más aun cuando estamos asistiendo a un despertar regional, que no debe ser ignorado por la Iglesia; y, a la vez, va surgiendo la necesidad de una archidiócesis extremeña. »

«Si nuestra sinceridad resulta molesta -concluye la nota- pedimos disculpas. Lo honrado, lo noble, es manifestar la verdad que llevamos dentro. Sabemos que callar es menos comprometido. No somos indiferentes ante los hechos. Por eso hablamos. Porque queremos amar y servir a nuestras comunidades, como esperamos y deseamos amar a nuestro obispo y colaborar con él. »

La nota, como decimos, fue entregada en la Nunciatura Apostólica el pasado día 2. Según nuestras noticias, poco después fue enviada al nuevo obispo. Los sacerdotes firmantes no han recibido aún respuesta.

El nuevo obispo

El nombramiento de nuevo obispo de la diócesis de Plasencia se produjo el pasado día 17 de septiembre. Fue promovido al episcopado monseñor Antonio Villaplana Molina, natural de Alcoy (Alicante), donde nació en 1926.La sede de Plasencia se encontraba vacante desde el fallecimiento de monseñor Zarranz, el 15 de noviembre de 1973, y la gobernaba un sacerdote como vicario capitular.

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