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Barrio Viejo: tensión tras los asaltos de los extremistas

Tres incendios, de los cuales al menos dos fueron intencionados, se registraron ayer entre las 4 de la madrugada y las 8.30 de la mañana, en otros tantos puntos de la capital guipuzcoana, que sigue viviendo bajo el signo de la violencia. Aunque en alguno de estos casos fuentes policiales lo asignaron a la organización ETA, la voz popular atribuye los tres incendios a comandos de extrema derecha que en estos días han implantado su ley.

El primer incendio ocurrió sobre las 4 de la madrugada, en el primer piso del aparcamiento, subterráneo de Oquendo. Un grupo de jóvenes penetró por la entrada de peatones existente junto al hotel María Cristina. Arrojaron varias botellas de líquido inflamable contra los primeros coches que se encontraban estacionados en la primera planta y se dieron a la fuga después de prender fuego.Cuatro coches, todos ellos marca Seat y matrícula de San Sebastián, quedaron prácticamente inservibles por el fuego. Personal del parque de bomberos de San Sebastián acudió rápidamente al lugar y pudo dominar el incendio en unas dos horas. La intensa humareda fue el obstáculo principal para poder penetrar en el aparcamiento.

Antes de que quedara extinguido totalmente este primer incendio, una lonja del puerto, conocida por el nombre de «Portaaviones», ardía en pompa. Los incendiarios habían utilizado el mismo procedimiento que en el aparcamiento. En esta ocasión, las cajas de pescado, de madera, facilitaron la rápida extensión de las llamas, que en algunos momentos hicieron peligrar los barcos de pesca anclados en el puerto y algunos edificios próximos.

Numerosas personas abandonaron sus viviendas en la zona y se dio aviso a los patrones para que sacaran los barcos del puerto.

Bomberos de San Sebastián y Pasajes trabajaron desde las cinco de la madrugada -hora en que se declaró el incendio- hasta pasadas las 8 de la mañana. Algunos vehículos que se encontraban aparcados en las inmediaciones resultaron chamuscados y los bomberos tuvieron que romper sus cristales para conseguir alejarlos de la zona de fuego.

Algunas fuentes señalan que los guardias civiles que se encontraban de servicio en el puesto de vigilancia del puerto efectuaron varios disparos contra unos sospechosos que pudieron huir hacia el monte Urgull, por detrás de las casas de los pescadores, mientras otros se daban a la fuga a bordo de un vehículo.

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Una vez apagadas las llamas, en cuyo trabajo participaron algunos soldados de la cercana comandancia militar, pudo comprobarse que habían quedado destruidas al menos unas 3.000 cajas de pescado y destrozados algunos vehículos. Precisamente sobre el parabrisas de uno de ellos había sido pintada con el dedo una acusación contra la extrema derecha.

Por último, sobre las 8.30 de la mañana, los bomberos tuvieron que acudir a los almacenes de Arístegui Hermanos, en el barrio donostiarra de Lasarte.

Se desconocen las causas de este último incendio y el propietario del local asegura que no fue intencionado.

En otro orden de cosas, continúa la estrecha vigilancia policial en San Sebastián, con vehículos de la Policía Armada patrullando las calles de forma permanente. Ayer por la mañana fueron desalojadas las aulas de una ikastola (escuela vasca) en la localidad guipuzcoana de Hernani, dentro de las investigaciones policiales tras la pista de los autores del atentado perpetrado el lunes.

En el casco viejo continúa, la tensión por los asaltos protagonizados por la extrema derecha. Fruto de este nerviosismo pudo ser el disparo que sobre las 7.30 de la tarde se le escapó a un soldado que se encontraba de guardia en el Gobierno Militar, situado en una de las esquinas de la parte vieja.

En el escaparate de uno de los locales comerciales asaltados el lunes, en el casco viejo donostiarra, fue colocada ayer, sobre las 8 de la tarde una ikurriña y una inscripción escrita a mano contra los desmanes de la extrema derecha

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