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Tribuna:Elecciones en Alemania Federal
Tribuna
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Consideraciones para un pronóstico

El domingo 3 de octubre bien pudiera ser un día de luto para la socialdemocracia alemana. No es que sea fácil que la actual oposición, los dos partidos demócratacristianos, consigan la mayoría absoluta. En los últimos sondeos de opinión, la democracia cristiana ha descendido por debajo del 50 por 100, después de haber superado con creces esta cifra en semanas anteriores. El número de indecisos -aproximadamente el 10 por 100- constituye una incógnita que aún puede reservar algunas sorpresas. Muchos imponderables de última hora pueden modificar los resultados en ese 1 ó 2 por 100 que determinan las elecciones. Uno harto aleatorio, pero significativo, es el tiempo: una alta participación, gracias a, un día soleado, favorece sin duda a la socialdemocracia, que tiene sus últimos reductos en un electorado de extracción social baja y poco concienciado, que prefiere su comodidad personal a salir a la calle en un día lluvioso. Según los datos con que contamos, lo más probable es que los demócratacristianos se acerquen mucho al 50 por 100 de los votos, pero quedando algo por debajo, de modo que, en principio, sería posible el que se mantuviese en el Gobierno la actual coalición. Pero ello depende, en. último término, del margen de holgura que vayan a tener en el Bundestag social demócratas y liberales. Si la coalición gubernamental dispone tan sólo de dos o tres diputados más que la oposición demócratacristiana, conservar el poder durante cuatro años, con una mayoría parlamentaria tan angosta, constituye hazaña prácticamente irrealizable. Teniendo en cuenta la mayoría demócratacristiana en el Bundestag y su preponderancia en las comisiones parlamentarias, el Gobierno se vería ex puesto a una situación de impotencia, que aprovecharía la oposición para, capitalizando a su favor el deterioro contínuo de la coalición, ir socavando la mayoría gubernamental por vías subterráneas, que no por su resabio corruptor, son menos eficaces. Antes de las elecciones de 1972, de las que salió una mayoría segura, el canciller Willy Brandt tuvo que habérselas con estas formas de subversión, que en el Estado de Baja Sajonia terminaron por desplazar, hace aún pocos meses, a la coalición social-liberal. El Partido Liberal, en su congreso extraordinariomente con los socialdemócratas. Pero si un Gobierno social-liberal dependiera tan sólo de dos o tres votos, es probable que los liberales reconsiderasen su promesa.. No les faltarían argumentos válidos, basados en «razones de Estado» y en la «voluntad del electorado » . A largo plazo, los liberales preferirán formar un Gobiemo fuerte con los demócratacristianos, a mantenerse en una coalición harto precaria y en confinúo deterioro. En todo caso, para no dar una bofetada, su propio electorado y no disgregarse en una crisis interna que calaría muy hondo, los liberales no entrarían, en un primer momento, en un Gobierno demócratacristiano, sino que, por lo menos, el primer año, lo tolerarían desde fuera, absteniéndose en la elección del:canciller. Ello les reportaría evidentes ventajas: además de no romper descaradamente con su política oficial de coaliciones, mayor sería su influencia sobre un Gobierno demócratacristiano que dependiera de su buena voluntad, que cambiando alevosamente de bando y convirtiéndose en un apéndice de los demócratacristianos, sin posibilidad de dar marcha atrás.

Más información
Las elecciones alemanas, a la sombra del nacionalismo

Las elecciones de mañana en Alemania van a decidir una de estas tres posibilidades: 1.La coalición gubernamental, perdiendo puestos en el Parlamento, mantiene una mayoría que le permite gobernar con un cierto desahogo en los próximos cuatro años. 2. Esta mayoría se reduce a dos o tres diputados, y los liberales se mantienen a la expectativa, sin participar en una coalición con los socialdeinócratas ni con los demócratacristianos, pero de hecho toleran un Gobierno deniócratacristiano de minoría. 3. La democracia cristiana consigue la mayoría absoluta.

Dado lo réñido de la lucha, y en base a los sondeos de opinión, lo más improbable parece, tanto una clara victoria de la coalición gubernamental, como de los demócratacristianos. La hipótesis segunda, que por razones electorales es obvio que no se discuta en. público, resulta, sin embargo, la más verosímil. En todo caso, considérese que de las tres posibilidades reáles enunciadas, las dos últimas implican el acceso de la democracia cristiana al Gobierno. Un observador atento no puede menos, por mucho que le duela, que predecir, con una probabilidad de dos a uno, un cambio en Bonn a favor de la democracia cristiana.

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