Los vecinos de Loño, contra un proyecto de Fenosa

En la parroquia pontevedresa de Loño, municipio de Viladecruces, los vecinos protestan por la, solución que quiere dar Fenosa a las comunicaciones entre las dos orillas del pantano de Portedemouros. La empresa concesionaria del embalse pretende poner en servicio una barcaza que una las parroquias de Loño y Beigondo en el límite de las provincias de La Coruña y Pontevedra, pero los vecinos se oponen considerando que no es la solución adecuada para ellos. Con su actitud llegaron a paralizar las obras de la rampa que se está constituyendo en Loño.

El asunto no es de ahora. Según pudo averiguar EL PAIS, la empresa que construyó el embalse, Mocabril, SA se comprometió en su día a levantar, un puente que uniera las dos orillas. Tal puente no llegó jamás y la nueva entidad concesionaria, Fenosa, proyecta ahora servir las comunicaciones mediante una barcaza que haga viajes regulares a ambos lados del pantano.Los vecinos de Loño opinan que los puntos escogidos para hacer los desembarcos, situados a unos mil metros de distancia, no son los apropiados sino que deberían ser constituidas las rampas de desembarque una frente a otra, lo que coincidirían más exactamente con las localidades a servicio y se evitaría una distancia mayor de 600 metros.

En la zona hay descontento, los afectados pidieron permiso al gobernador para hacer una manifestación en Pontevedra. Alegan también que la barcaza proyectada no servirá adecuadamente para trasbordar a los carros del país y a lostractores que deben moverse habitualmente de una orilla a otra. «Sólo permiten -informan- que los vehículos entren de frente por la popa sin posibilidad de dar la vuelta dentro de la embarcación o de pasar a proa por ello, para desembarcar; han de hacerlo necesariamente marcha atrás y en una rampa de acceso con el 8 por 100 de desnivel. Lo cual, si ya es muy difícil y peligroso para los tractores, resulta francamente imposible y suicida para los carros del país. El hecho es que las necesidades de comunicación entre las dos zonas del embalse cobraron ya sus víctimas hace cuatro años, al morir cinco jóvenes que cruzaban el embalse en una barca.

«Nosotros lo que queremos -declararon a EL PAIS varios afectados- es que se nos construya el Puente, prometido o que, por lo menos, se ponga en servicio un medio adecuado de navegación, por la distancia más corta y no la solución interesada que se nos acaba ofreciendo después de tantos años».