Ejército de milicias, nuevo concepto de defensa en Austria
La libertad para discutir públicamente los problemas de organización militar, la misión de los ejércitos y la seguridad nacional ayuda a la popularidad de la carrera de las armas, según parece probar el caso de Austria, donde se ha aistido a un impresionante crecimiento de las vocaciones militares, a raíz del gran debate de 1975 en torno a la defensa.En ese año, el Gobierno socialista logró introducir dos enmiendas a la Constitución, una de ellas estableciendo el concepto de defensa. nacional no meramente militar, y otra en que se consagra el ejército de milicias ciudadanas que se venía poniendo en vigor desde 197 1. Simultáneamente, el Parlamento formuló una declaración solemne sentando una nueva doctrina de la defensa, considerándola ésta como nacional y total, y distinguiendo entre defensa militar, civil, económica y psicológica, y seguridad interna y supervivencia de la población.
Una consecuencia del gran debate nacional es la de que la academia militar austríaca ha dispuesto este año de unos 250 aspirantes para cubrir las necesidades anuales de 80- 100 of iciales, mientras que en anos anteriores se tenía que contentar con unos 30 ó 50 aspirantes.
Con su ejército de milicias, Austria se alínea con los otros países europeos neutrales que han escogido ese tipo de organización militar como el más adecuado a sus condiciones político-económicas: Suiza, Suecia y Yugoslavia. El mandato defensivo de un país neutral es asegurarse su ¡dependencia sin ayuda de aliados; toda la población debe declararse en estado de defensa; las limitaciones económicas obligan a invertir preferentemente en la eventual movilización de la milicia que en el sostenimiento de un ejército permanente grande.
Austria, de hecho, se halla en estado de transición hacia el ejército de milicias. Hasta 1970 contaba con un.ejército de recluta forzosa. Hasta 1955 no contaba siquiera con ejército propio. Y hasta 1945 tenía un ejército que no podía llamar propio, pues no era otro que la Werhmacht del III Reich. Todo este tránsito de situaciones parece mostrar que en Austria los valores de *defensa y de organización de la fuerza armada son de naturaleza meramente fáctica, adaptada a las cambiantes exigencias de la vida política y la sociedad civil. El modelo de milicias goza de la reputación de ser eminentemente disuasorio; la disuasión es, posiblemente, el primer fin del esfuerzo defensivo de cualquier país.
Austria no habrá desarrollado todo el potencial de su milicia hasta el final de los años ochenta. En 1976 se ha llevado a cabo por prímera vez el período de diez días de servicio y entrenamiento que los ciudadanos en edad militar deberán repetir cinco veces más a lo largo de doce años. Estos milicianos ya habían servido anteriormente seis meses de entrenamiento básico. En el% futuro,.zl gasto y el esfuerzo-se dedicará, ante todo, a una rápida puesta al día, durante esas diez jornadas, de los cientos de miles de ciudadanos que se incorporarán a las milicias.
«Para adoptar la decisión del ejército de milicias -me dice el general Kuritner, director de la Academia de Defensa- tuvimos que mirar lo que habían hecho otros países neutrales. En segundo lugar, consideramos que una defensa efectiva no sería posible con un ejército pequeño, permanente, que por fuerza sería pequeño. La tercera razón era económica. En una sociedad industrial no se pueden tomar a los jóvenes durante dos años para servir en el Ejército sin que sufta la industria y el bienestar social. Por otra parte, creemos que la milicia está mejor integrada con la sociedad. Todo ello nos decidió a adoptar este modelo, que creemos el adecuado para una democracia neutral.»
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