Los partidos triunfantes
Centrista (Centerpartiet)Proviene de la antigua Alianza de Agricultores. Su crecimiento en los últimos tiempos se ha debido a la incorporación de amplios sectores de la pequeña burguesía. Cuenta con alrededor de 250.000 afiliados. Hasta ahora disponía de 90 diputados en el Parlamento.
Su líder, Thotbjron Falldín, repite constantemente que el partido no es «capitalista». Ha sido la socialdemocracia -dice Falldin- la que siempre ha beneficiado al gran capital. En su programa electoral se ha manifestado en contra de la concentración del poder económico y de los monopolios, tanto privados como estatales. De ahí su oposición al proyecto Meidner, elaborado por los sindicatos (LO), que con el tácito respaldo del Partido Socialdemócrata propugna la formación de fondos sindicales para permitir la participación, e incluso el control, de las industrias por los gremios. Al mismo tiempo, los centristas defienden el «pensamiento cristiano, el hogar y la familia».
Durante los últimos años, y sobre todo en el curso de esta campaña electoral, el Partido Centrista ha desarrollado un inteligente programa en favor de la preservación del medio ambiente y en contra de las centrales nucleares y de las industrias contaminantes, que le ha valido, a criterio de los expertos, la adquisición de muchos votos en las elecciones del domingo pasado.
Liberal (Folkpartiet)
En las elecciones de 1973 perdió el 40 por 100 de sus votantes. Con una cifra de afiliados que ha ido bajando paulatinamente, hasta situarse en los 60.000, este partido sostiene que Suecia «necesita re formas. sociales sin socialismo». Su jefe máximo, Per Ahlmark, reclama también la reducción de los impuestos, en particular para la pequeña empresa. Aunque el partido se ha inclinado en algunas ocasiones a pactar con la socialdemocracia, con el fin, seguramente, de impedir un excesivo derechismo en la oposición de la que forma parte, el viernes pasado firmó con los otros dos partidos burgueses un llamamiento en contra del partido de Palme.
Conservador (moderata samlingspartiet)
Antes se llamaba, simplemente, hogerpartiet, o «partido de la derecha». Dispone de unos 130.000 afiliados. Defiende la libre empresa, el pensamiento humanista cristiano y la propiedad privada. Tolera la economía mixta, pero se opone a la presencia determinante del sec tor público. En la reciente cam paña electoral hizo de los impues tos su principal caballo de batalla. «En esa materia -dijo su líder, Gosta Bohman- es necesaria una nueva filosofía, por la cual los impuestos directos no sobrepasen, en 1980, el 50 por 100 de los salarios.» Este programa le ha proporcionado el respaldo de la pequeña burguesía, antes bastante alejada de sus filas. Su programa coincide, en parte, con el de otros partidos es candinavos, como el del Progreso, de Dinamarca
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