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La democracia cristiana alemana no descarta un respaldo postelectoral de los liberales

La anticipación de la composición del Gabinete, difundida anteayer por la Democracia Cristiana Alemana para el caso de ganar las próximas elecciones generales del 3 de octubre, revela que el partido de Kohl y de Strauss no ha perdido aún las esperanzas de formar una coalición postelectoral con el partido liberal, unido hoy a la socialdernocracia. El candidato a canciller no desea, por el momento, autolimitar su futuro campo de maniobra. Si se exceptúa dos de los nombres del «gabinete fantasma», de tendencia «progresista», el resto del equipo resulta homógeneo y bastante conservador.

Helmut Kohl. presidente de la Unión- Cristianodemócrata y candidato a la cancillería federal en las próximas elecciones del 3 de octubre por la CDU y, CSU bávara, acaba de completar la lista de su equipo gubernamental para el caso de que los conservadores alemanes salgan triunfadores de las urnas. A los nombres ya conocidos de Franz-Josef Strauss, que sería ministro de Finanzas, Alfred Dregger (Interior) y Karl Carstens (Asuntos Exteriores) ha, que añadir los de Barzel, Bieden kopf, actual secretario general de la CDU; Peter Lorenz, Hans Maler, ministro de Cultura en Baviera; Richard Stuecklen, Richard von Weizsaecker, así como Helga Wex, Hanna-Renate Laurien y Dorothee Wilms, amén de Hanz Katzer, que pasaría al Ministerio de Trabajo, cartera que ya ocupó en anteriores Gobiernos de la CIDU. Con excepción de cuatro candidatos a carteras ministeriales o sea Strauss, Dregger, Carstens y Katzer, Koffl se negó a especificar los Ministerios que ocuparían. losdemás con el fin de no «autolimitarse» en posibles decisiones de poLítica de personal.

Equipo homogéneo y poco liberal

No obstante, comenzaron a circular en Bonn en la tarde de ayer los primeros rumores en torno a las posibles carteras que podrían ocupar políticos de la CDU tan destacados como su ex presidente Rainer Barzel, Biedenkopf y el principal idéologo de la CDU, Von Weizsaecker. La composición del «equipo Kohl es, en opinión de la mayoría de los comentaristas, francamente homogénea. Se destaca, además, que por la calidad de la mayoría de sus componentes, contrasta positivamente con la figura del candidato estelar, Helmut Kohl, que no acaba de convencer en exceso y de cuyas cualidades políticas dudan hasta muchos de sus seguidores. Sobre todo, parece dudar de ellas el líder de la Unión Cristianosocial Bávara, Franz-Josef, a quien por otra parte se le atribuye la paternidad en la composición de la lista de los ministrables. Sería sin duda exagerado afirmar, como lo hacen representantes de los partidos gubernamentales, que el «Gobierno fantasma» presentado por Kohl revela una orientación acusadamente «derechista o conservadora a ultranza», pero tampoco es demasiado liberal.

Kohl ha buscado el compromiso

El ala «progresista» de la CDU está presente en el equipo con Ralner Barzel y Hans Katzer, uno de los políticos más discutidos en la Unión por su ideario en materia de política social que en más de una ocasión le ha colocado en las proximidades directas de los socialdemócratas.. No se olvide en este contexto que Katzer es también el líder de las comisiones sociales de la Unión en que predominan los aventajados en materia laboral, decididos a transformar las concepciones básicas de la Unión en un sentido que combaten con toda acritud los afincados en posiciones más conservadoras, como Strauss, Carstens y, sobre todo, tal vez, Dregger. Como no podía ser menos, la «lista» contiene algunos nombres de escaso relieve en la política interior alemana; hecho que no significa demasiado si tenemos en cuenta que tampoco el Gobierno social-liberal actual de Helmut Schmidt se compone exclusivamente de estrellas o, por lo menos, personalidades destacadas en sus respectivos Ministerios. Kohl ha buscado la homogeneidad y el compromiso, es decir, ha actuado conforme a su temperamento y posibilidades.

La CDU-CSU confía aún en una alianza con los liberales

El anuncio de su eventual «Gabinete» ha hecho arreciar la discusión en torno a la conveniencia de tales declaraciones «prematuras», máxime teniendo en cuenta que los cristianodemócratas viven obsesionados por la ilusión de una posible coalición con los liberales de Hans-Dietrich Gerscher para el caso de que el resultado electoral fuese de empate o sin una clara mayoría a favor de cualquiera de los dos «grandes». En el siempre hipotético y nada probable caso, de una alianza entre la CDU/CSU y el FDP, la lista actual debería sufrir sensibles modificaciones, ya que el partido del vice canciller y ministro de Asuntos Exteriores venderá muy caro sus favores.

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