Veintidós asociaciones estudiaron la política a seguir sobre la venta de pan barato
Continuar la venta del pan barato para demostrar a la Administración el fraude existente o proceder inmediatamente a una reestructuración del sector no sólo de fabricación, sino de comercialización, fue la divergencia principal de las veintidós Asociaciones de Vecinos reunidas anteayer para buscar una política común a seguir frente a todos los grupos implicados.La reunión, que tras cuatro horas se interrumpió hasta hoy y no tuvo conclusiones definitivas, trató del futuro de las asociaciones «que no pueden estar vendiendo pan indefinidamente» y que de querer realizar una actuación lógica «se tienen que aliar con los expendedores sean autónomos o falsos autónomos».
Una nueva reunión, esta vez entre las asociaciones de vecinos relacionadas con la venta del pan barato, se realizó ayer en los locales de la Asociación de Vecinos de Orcasitas. El orden del día se centraba en la situación actual de la venta del pan, así como en la política a seguir con vendedores autónomos y falsos autónomos, fabricantes, consumidores, Administración y Ayuntamiento. Los últimos temas eran: resolución de la venta del pan y cuestiones organizativas donde se trataría de la nombrada Comisión Mixta.
Las veintidós asociaciones de vecinos asistentes manifestaron por boca de sus representantes los actuales problemas técnicos, la situación de la venta en sus zonas y las razones por las que estos grupos ciudadanos se dedican a vender este producto servido por el industrial Alonso, Munárriz.
Asociaciones
San Blas, Usera, Arganda del Rey, Moratalaz Oeste, San Fermín, Carabanchel Alto, Orcasitas, Valdeacederas, Cooperativa de Pozo, Villaverde Alto, como vendedores, y Leganés, Poblado Dirigido de Orcasitas, Palomeras Altas, La Ventilla-Almenara, Pozo, Palomeras Bajas, Los Huertos, Villaverde Este, El Olivar y Malasaña Centro como futuros expendedores se ocuparon de los problemas creados hasta el momento por los casi 7.000 kilos de pan barato que se venden actualmente cada día en los diferentes locales y despachos de Madrid, Torrejón y Aranjuez.Según los representantes de las asociaciones expendedoras, el problema principal es la gran demanda existente que crea una aglomeración de público, al que en la mayoría de los casos hay que despedir ante la falta de nueva producción de pan, lo cual crea retrasos y colas.
El miedo a que no haya suficiente abastecimiento por parte de Pancasa, fábrica que sirve el pan, pero no lo transporta, motivo por el que los expendedores deben hacerse con un medio de transporte, y la lentitud de las sucesivas reuniones mantenidas con los expendedores de cada barrio y con los vecinos fueron las razones expuestas por los futuros vendedores, que en un plazo de una semana se integrarán en su mayor parte en «la lucha por conseguir un precio más bajo».
Mientras, continúan las: obtenciones de licencias, la negativa de los expendedores que saldrían beneficiados» y las reuniones que, como esta deberá proseguir ante la importancia de los temas tratados.
Los distintos representantes que hablaron durante la reunión expusieron la conveniencia de una unión con expendedores que como los autónomos pueden «ayudar a los vecinos de Madrid», y con los falsos expendedores autónomos que «podrían ser igualmente útiles a una lucha. por abaratar el pan en caso de que las asociaciones les apoyasen y les mostrasen el beneficio de esta ayuda». La cuestión no es únicamente vender por vender, sino que una vez demostrada la solución al problema «nos tenemos que poner inmediatamente a luchar por la licencia para el que la trabaje evitando así el monopolio de unos pocos».
«Las declaraciones del señor Castro son infantiles»
Las asociaciones de vecinos implicadas en la campaña pro abaratamiento del pan han desmentido las declaraciones del presidente de la Agrupación Provincial de Panadería acerca de que el pan suministrado por Pancasa no es comestible.El señor Castro manifestó a la prensa que el pan que se vende en las asociaciones de vecinos «estaba falto de peso y no era de buena calidad», motivos por los que las asociaciones de vecinos no venden apenas pan. La reacción ante estas declaraciones ha sido inmediata. Varias asociaciones han calificado esta postura de «infantil y típica de quien no tiene razón».
En cuanto al peso del pan de Pancasa, las asociaciones afirman que las piezas de 320 gramos pesan 346 y las que debieran pesar 220 pesan 228 gramos, con lo que en vez de falta de peso hay exceso.
Las asociaciones que firman la carta de disconformidad con las manifestaciones del señor Castro son las siguientes: Asociaciones de Vecinos de Carabanchel Alto, Villaverde, Aranjuez, Carabanchel Bajo, Orcasitas, San Blas Simancas, San Fermín, Simancas, La Uva; Asociación Familiar de Usera; Asociación de Amas de Casa de La Luz, Carabanchel Bajo, Moratalaz y Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid.
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