Melo Antunes niega que haya divisiones entre los militares portugueses
«No hay ningún conflicto entre el llamado grupo de los nueve y los oficiales de la región militar Norte» ha declarado el comandante Melo Antunes, presidente de la comisión constitucional del Consejo de la Revolución. La afirmación del líder de la izquierda militar portuguesa pretende quitar importancia a las especulaciones y rumores de los últimos días que señalaban una actitud intranquila de algunos oficiales de Oporto.No obstante, Melo Antunes reconoció que «muchos oficiales del Norte hubieran preferido un oficial del Norte en el Consejo».
Sea como fuere, la cuestión parece definitivamente saldada. Un nuevo consejero de la Revolución ha sido elegido y pertenece claramente al cuadro de los colaboradores directos del presidente de la República. Y, la contestación del Norte se ha apagado, quizás, después de la entrevista entre Melo Antunes, y Pires Veloso, comandante militar de Oporto.
Los que no parecen estar tan tranquilos son los «comandos» del coronel Jaime Neves (de visita en Francia). En la madrugada de ayer, más de una docena de «aguerridos comandos» destrozaron completamente una boite lisboeta. Los comandos no dieron explicación es pero el hecho es el tercero de este tipo que se produce en Lisboa en el último mes. Al parecer, los «comandos» del coronel Jaime Neves tienen ahora misiones especiales de «salvaguardia de la moralidad y buenas costumbres» en evidente contradicción con los propósitos de los gobernantes portugueses que pretenden dejar el orden público y «las buenas costumbres» a las fuerzas de policía especialmente encargadas del asunto.
Incomprensiblemente, el Gobierno portugués continúa reuniéndose y dando a conocer al público portugués comunicados en los que «manifiesta su preocupación por el déficit de las empresas públicas» o por «el desequilibrio de la balanza de pagos». Sin embargo, medidas concretas para resolver estos problemas no se han tomado aún. Según se cree están aún en estudio, pero fuentes más malévolas apuntan otras razones.
En diciembre hay elecciones municipales, que aunque no definitivas pueden ser importantes para el mantenimiento del Gobierno Soares. Las medidas de austeridad que deben ser tomadas serán impopulares, y por ello, es mejor esperar.
