Las Cortes deberían ser disueltas
Leo en nuestro periódico, alusiones a la representación en Cortes de los olivareros que no se ajustan a la realidad, al menos por lo que a mi respecta.Durante mi mandato, tanto en la anterior legislatura cómo en esta, ha ocupado un lugar preferente e importante la situación angustiosa por la que ya desde hace tiempo viene atravesando el sector olivarero, y no tiene más que recurrir a los anuarios de las Cortes para comprobar la veracidad de las informaciones.
Aparte de multitud de gestiones que continuamente hago en favor del sector que represento y que no son documentalmente probables, me permito indicarle, que todos los años, como mínimo antes de que se dicten las normas que regulan la campaña aceitera, por medio de los cauces que establece el reglamento de las Cortes, hago una llamada de atención al Gobierno sobre la problemática sectorial del olivar. Le incluyo fotocopias de los documentos de entrada en las Cortes de estas dos últimas campañas: 22/7/74 «solicitud de interpelación oral al Gobierno sobre problemas del sector olivarero» (sin contestación). 21/4/75 y 1/7/75 remisión y reiteración de escrito de ruegos y preguntas sobre «problemas del sector olivarero» (sin contestación oportuna).
He escrito artículos y hecho declaraciones demandando atención para el olivar en diversos periódicos y revistas (Informaciones, Pueblo, ABC (Sevilla), Sábado Gráfico, etc.) fácilmente comprobable y que no le mando todas, por no engrosar más el envío que le hago.
Me gustaría puntualizar que, en defensa de los intereses olivareros, nunca he actuado a favor de los grandes y en detrimento de los pequeños propietarios, por haber defendido la riqueza olivarera en su conjunto, y cuando algún «grande» se ha situado al margen del interés colectivo lo he denunciado; ahí está el caso de COES que denuncié en 1969 y que nunca recibió el tratamiento adecuado. (...)
Sobre la actitud antisocial con el sector, por sus representantes en Cortes debo dejar bien claro, que no sólo en ésta, sino en todas las acciones de mi vida pública ha sido una constante preocupación el mejorar la situación de la clase trabajadora, y en especial la campesina, prueba de ello es, la proposición de ley de «Creación de la Universidad Politécnica del Sur de España» 31/5/1971, de la que fui primer firmante. Con motivo de la sesión plenaria de las Cortes, el 29/4/75 defendí la única enmienda a la totalidad de la «ley del Suelo», en una intervención cuyo texto taquigráfico aparece en el BOE 17/75 en donde me oponía a dicha ley por antisocial y en la que entre otras cosas pedía la socialización del suelo, ¿cree señor director que pensando así, voy sólo a olvidar a la clase trabajadora obrera?
No he fracasado en mi gestión ante el sector que me eligió, lo que sucede, señor director, es que la que ha fracasado es la institución, son las Cortes con sus limitados poderes a las que el ejecutivo no atiende, es el sistema el que no funciona, es el que los Gobiernos no dependen del voto de la mayoría parlamentaria y por eso menosprecian a la Cámara.
Ante el fracaso de la institución, las Cortes, que entorpecen ahora el camino hacia la democracia y que deberían ser disueltas, yo también he querido aportar mi grano de arena dirigiéndome a la opinión pública por la urgencia de la reforma y la necesidad del cambio; ahí tiene usted mi carta de 16/6/76 rogándole la publicación de un artículo que le enviaba sobre «Sistema Bicameral», que aún no ha visto la luz (espero de su generosidad que alguna vez la vea).
Si siendo procurador en Cortes y ejercitando los derechos que me confiere el reglamento el ejecutivo no cumple, ¿a quién recurro señor director? porque que yo sepa aún no se ha autorizado un retiro speaker's Corner.
