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Reportaje:

El aumento de precio no reducirá el consumo de gasolina

Unos 2. 100 millones de litros de gasolina venderán los casi dos mil surtidores existentes en la Península (área del monopolio) durante los cuatro meses que quedan para acabar el año. El aumento de precio puesto en vigor a primera hora de ayer, destinado en su totalidad a la cuota de impuestos al Tesoro, supondrá a éste unos ingresos de 4. 100 millones de pesetas.

No es previsible que el aumento suponga una sensible retracción del consumo, ya que en las repetidas subidas que se han producido en los últimos años (ver cuadro), el consumo ha mantenido ritmos sensiblemente similares a los anteriores e incluso superiores. Las cifras son lo suficientemente elocuentes. Tras los aumentos de precios de noviembre del pasado año y febrero del actual, el consumo de gasolina en los meses siguientes, lejos de disminuir, se incrementaron en cantidades más o menos considerables. La experiencia a lo largo de los últimos aumentos de precios demuestran que éstas no son eficaces a la hora de intentar reducir el consumo de este producto.El incremento del precio de la gasolina se produce pocas semanas después de que el presidente de CAMPSA, Silva Muñoz, negase, a través de unas declaraciones a la prensa, cualquier posibilidad de que dichos precios pudiesen ser alterados. Las previsiones de Federico Silva, al igual que las efectuadas por el ex ministro de Hacienda Villar Mir días antes de la última devaluación de la peseta, no han resultado demasiado acertadas.

En los últimos seis años, el precio de la gasolina «super» y «normal» han experimentado ocho variaciones en sus precios. La de 95 octanos, de costar 11 pesetas en febrero de 1971 ha pasado a 28 pesetas, mientras que la «normal» ha pasado en ese mismo período de 10,50 a las 22,75 en que se sitúa actualmente..

El mayor número de elevaciones del precio de las gasolinas se han producido con motivo de la crisis energética, ya que han sido los dos últimos años los testigos de un mayor número de alzas en los precios de los carburantes.

A pesar de que en las declaraciones que el ministro de Hacienda realizó ayer en Televisión Española, el incremento del precio de la gasolina tenía como finalidad reducir el consumo, la realidad es que, una vez visto el comportamiento de éste tras los aumentos sufridos, tal medida en la actualidad parece guardar más relación con la necesidad del Tesoro de aportar liquidez a sus arcas que mermar el consumo a través del aumento del precio.

A esta conclusión ya se llegó hace algunos años, como lo demuestra el hecho de que, según informan fuentes dignas de crédito, pocos días antes del asesinato del almirante Carrero Blanco, una comisión integrada por diversos organismos habían terminado un estudio sobre el racionamiento de gasolina como La gasolina de 90 octanos no ha decisión para su producción única fórmula eficaz para reducir el consumo de carburantes. El proyecto se vio paralizado tras el cambio de Gobierno producido por la muerte de Carrero Blanco.

En otro orden de cosas, Cifra, citando fuentes bien informadas, señala que el consumo de productos petrolíferos ha crecido considerablemente en España a lo largo de los últimos meses.

El consumo de gasolina hasta el pasado 8 de agosto ha representado un aumento del 8,1 por 100 sobre el mismo período del año anterior, pero el incremento del consumo total, de productos petrolíferos en igual período fue bastante superior -15,8 por 100debido a un crecimiento mucho mayor en la demanda de gasóleos y de fuel-oil. La proporción de los distintos productos en el consumo total de derivados petrolíferos es la siguiente: gasolina, 13,4 por 100; gasóleo, 20,5; keroseno, 2,4, y fuel-oil, 63,7 por 100. Las cifras señaladas ponen de relieve, si no la escasa, sí la limitada importancia porcentual de la gasolina dentro del consumo general de productos petrolíferos, pese a lo cual ha sido el más castigado por las elevaciones de precios.

Los aumentos de gasolinas en España siempre han tenido una motivación más o menos clara. En esta ocasión no parece existir tal causa. Las alzas sufridas se han razonado en base a la devaluación, como en febrero pasado, o a un alza del crudo de petróleo decretado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo. En esta ocasión no hay motivo alguno que haga necesaria tal medida, a no ser un descenso en el consumo, cosa poco probable, o una necesidad de incrementar el ingreso presupuestario.

Además, existe un dato cierto que hace inoportuna la medida adoptada por el Gobierno en el Consejo de Ministros del martes: el seguro aumento del precio del petróleo que la OPEP decretará tras la reunión. que tienen prevista celebrar en el mes de diciembre en Qatar y que girará en tomo a un 10 por 160, lo que, inevitablemente, repercutirá en un nuevo alza de precios para las gasolinas en los países occidentales.

Medida apresurada

Aunque fuentes de la Administración aseguran a EL PAIS que la medida de la elevación de precios era una decisión adoptada hace ya varios días, la realidad es que todos los indicios apuntan hacia un apresuramiento en su adopción.Las estaciones de servicio, producto de ésta improvisación, esperan que la Administración corrija de alguna forma el precio de la gasolina «normal», ya que al ser su precio actual de 22,75 pesetas, los surtidores -no registran en el marcador de precio/litro fracciones de cinco céntimos, lo que ha obligado a los vendedores a situar dichos marcadores a 22,70 por litro, con lo que por cada litro despachado de 85 octanos, el contador. registra una pérdida de cinco céntimos por litro, lo que a lo largo de toda una jomada puede significar unas pérdidas que sin ser de consideración no dejan de ser pérdidas.

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