Los comunistas, catalanes se oponen al proyecto de Tarradellas

En unas declaraciones que publicó ayer el vespertino barcelonés El Noticiero Universal, el secretario general del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), Gregorio López Raimundo manifiesta su oposición al proyecto del presidente de la Generalidad de Cataluña, Josep Tarradellas, de crear un nuevo organismo unitario catalán, la Assemblea Nacional Provisional. El PSUC es el primer partido catalán que se manifiesta contrario a aquella proposición.Hasta el momento, se habían adherido a la iniciativa casi todos los partidos del Consell de Forces Polítiques de Catalunya (CFPC) y otros situados a su derecha, como Acció Democrática. Mientras que otros situados a la izquierda de este organismo unitario, tal como el -Partido del Trabajo de España, están estudiando el proyecto con atención.

En sus declaraciones, el líder comunista catalán compara el proyecto de Tarradellas con la existencia de los 40 consejeros nacionales del Movimiento designados por el general Franco y afirma que «El procedimiento de designación que se propone daría al señor Tarradellas poderes superiores a los de Franco en este terreno ».

Sin embargo, todo permite afirmar que en los próximos días la actualidad política catalana continuará centrada en la residencia de Tarradellas, en el centro de Francia. En efecto, el presidente de la Generalidad proseguiría esta semana sus intensos contactos políticos.

Así, mañana recibe la visita de una delegación del partido Esquerra Democrática de Catalunya, dirigida por el presidente de este partido, el catedrático Ramón Trías-Fargas. El día 25 visita a Tarradellas una delegación de la Federación Socialista Catalana del Partido Socialista Obrero Español, encabezada por su primer secretario Josep María Triginer. El día 27, Tarradellas recibe una comisión del Comité Nacional de Cataluña del Partido del Trabajo de España, presidida por su principal dirigente, Joan Antón Sánchez-Carreté.

Especial relieve puede tener la reunión conjunta de Josep Tarradellas y el CFPC, definitivamente fijada para el día 29 de agosto, en un hotel parisino. Será la segunda que se lleva a cabo entre el presidente de la Generalidad y el CFPC. En el primer encuentro, celebrado el pasado 11 de abril, se decidió que las relaciones entre la oposición catalana y los demás organismos españoles deberían contar con el acuerdo previo de Tarradellas.

En círculos políticos catalanes se da como cierto que es precisamente este punto en el que existe una mayor divergencia con las posturas de los comunistas catalanes, estrechamente vinculados al Partido Comunista de España, el cual, a su, vez, apoya resueltamente a Coordinación Democrática.

El aislamiento de los comunistas catalanes parece ser, no obstante, creciente, ya que ayer EL PAIS, fue informado por dirigentes de Convergencia Socialista de Catalunya de que este partido había solicitado, ayer mismo y por boca de su principal líder, Joan Reventós, el ser recibido lo antes posible por Tarradellas.

Por otro lado, el proceso que llevaría a contactos políticos entre la Generalidad y el Gobierno podría haberse iniciado ya. Tal podría ser el significado de las palabras de Jordi Pujol, secretario general de Convergencia de Catalunya, quien, al ser preguntado ayer por EL PAIS, manifestó que «ya he informado a personalidades del Gobierno del contenido de mi reciente entrevista con Tarradellas». En aquel encuentro fue cuando por primera vez el presidente de la Generalidad explicitó su deseo de en tablar negociaciones con el Gobierno Suárez, con la finalidad de restablecer las instituciones autonómicas configuradas por el Estatuto de 1932 (ver EL PAIS de 6 y 7 de agosto).

Finalmente, es de señalar que la entrevista celebrada el pasado sábado entre Tarradellas y una delegación de la Assemblea de Catalunya no dio un resultado positivo, al rechazar Tarradellas -por cuarta vez en estos últimos meses- una carta de aquel organismo unitario. El motivo de la reiterada actitud de Tarradellas viene dado por el hecho que la carta -en cuyo texto se le solicita una reunión conjunta no va firmada por nadie, lo cual no es considerado aceptable por su destinatario.