Se radicaliza el enfrentamiento racial en el Sur de Africa

Catorce españoles, entre ellos dos sacerdotes misioneros y doce jóvenes vinculados a partidos de izquierda, murieron en el ataque rodesíano del domingo pasado contra la aldea mozambiqueña de Naghmia, a 40 kilómetros de la frontera de Rodesia, según fuentes familiares de uno de los sacerdotes, Luis Castro, cuyo funeral tendrá lugar el lunes.En el ataque referido perdieron la vida 618 personas en total, en vez de las 340 que se había anunciado inicialmente, según una precisión aportada por radio Maputo. La emisora mozambiqueña indicó que la mayoría de las víctimas eran mujeres y niños, y que en Naghmia se encontraban concentrados miles de refugiados.

Rodesía anunció el martes que sus fuerzas habían cruzado la frontera mozambiqueña durante el fin de semana para perseguir a los guerrilleros que habían dado muerte a cinco soldados blancos en una base militar del Ejército rodesiano. Según el comunicado de Salisbury murieron 300 guerrilleros, 30 soldados del Frelimo y diez civiles.

La represalia rodesiana, en la .que intervinieron aviones y fuerzas terrestres en una acción combinada, fue interpretada como un intento del Gobierno de lan Smith de dar confianza a los blancos que cada vez en mayor número se sienten inclinados a abandonar el país.

Aparte la intervención personal del régimen para, disuadir de sus proyectos a los que desean marcharse, Salisbury ha tomado medidas concretas tales como limitar al máximo la cantidad de dinero que cada persona, al marcharse, puede llevar consigo.,

Botswana, otro Estado fronterizo, que había encargado a una firma extranjera un presupuesto para cercar sus límites comunes con Rodesia, criticó ayer a, Salisbury por su invasión de Mozambique.

La situación en el Africa Austral parece haber llegado a un punto sin retorno, con posibilidades de llegar a una solución negociada- del fin del sistema de discriminación racial, cada vez más lejanas.

Continúan con mayor intensidad aún los incidentes en Sudáfrica. La rebelión de los africanos contra el apartheid tiene ya, por la violencia de los disturbios, carácter de insurrección. El Gobierno sudafricano parece haber perdido toda capacidad de reaccionar si no es con la represión policial.

Esta actitud, que ya es criticada en el seno. de la propia comunidad blanca, es también motivo de gran preocupación en Washington, que ve cada vez más remota la alternativa de la formación de un Gobierno de mayoría controlado por los moderados africanos en Rodesia, y de una solución al problema de la discriminación racial en Sudáfrica negociada entre blancos y negros.

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