Especulaciones sobre el cese de Lojendio

Fuentes bien informadas declararon a EL PAÍS que el Gobierno francés ha dado el placet al que sería nuevo embajador de España en Francia, señor marqués de Nerva, actual embajador de España en Bruselas. El aún embajador de España en Francia, señor De Lojendio, actualmente en España, se espera vuelva a la capital francesa la semana que viene.La misma fuente añadió que el Ministerio español de Asuntos Exteriores había pedido el placet, a través del embajador de Francia en Madrid, señor Denieau, con carácter «urgente», que, parece ser, no es usual en las relaciones diplomáticas de este tipo entre los Gobiernos. De aquí, que anoche, en la capital francesa, en algunos medios interesados se preguntaran por la razón que ha determinado la baja, parece ser inminente, del señor De Lojendio.

En algunos medios diplomáticos, inmediatamente, se relacionó el. eventual cambio de embajador con la reciente entrevista Carrillo-Lojendio. El pasado día 2, en efecto, el embajador recibió al secretario general del Partido Comunista de España, que le había solicitado la entrevista con objeto de plantear, una vez más, el problema de su pasaporte.

Algún informe sobre el mismo tema dejó entender que el «asunto Lojendio» fue tratado probablemente en el Consejo de Ministros de ayer. En esta situación parece que elpasaporte de Carrillo no sea para mañana, de igual manera que tampoco se resolvería con la rapidez que lo desean los interesados la cuestión de otros pasaportes.

Otra interpretación de la baja del embajador actual hacía pensar anoche en lo contrario: «Quizá el Gobierno quiere significar un cambio de política diplomática, en París concretamente, con el cambio de embajador». En tal caso, la cuestión de los exiliados, empezando por el caso Carrillo, podría resolverse con menos dificultades en un porvenir más o menos inmediato.

Por lo que toca a los exiliados. en el consulado español en París se congregaron varias decenas para pedir «el cumplimiento inmediato de la amnistía». El cónsul general, señor Iturralde, y el primer cónsul adjunto, señor Cordomi, se entrevistaron ampliamente con los exiliados. El cónsul general manifestó su. buena voluntad para cumplir estrictamente las instrucciones procedentes de Madrid, insistiendo en que «para nosotros, lo fácil y lo que nos satisface es darles el pasaporte».