En atletismo, triunfo final de la RDA
De las ocho pruebas que cerraron el atletismo olímpico, cinco registraron una mejora del récord olímpico y una, la marathon, señaló la mejor marca de la historia. De las ocho medallas, los Estados Unidos, claros favoritos en cuatro, sólo ganaron dos, y uno de los grandes derrotados fue el recordman mundial de altura, Stones, que únicamente pudo saltar 2,21 y quedó en el lugar del bronce, como en Munich. Shorter no repitió el triunfo de Munich, con lo que de las seis medallas de oro USA, solamente dos han ganado los blancos. La República Democrática Alemana ha sido la campeona del atletismo, ya que ha obtenido once medallas de oro, cinco más que Estados Unidos y siete más que la URSS. El atletismo ha sido un grave revés para los norteamericanos.
, La jornada final tenía prácticamente en su total desarrollo un interés superior al de días precedentes. En competición estaban algunos de los grandes astros del momento y del resultado de la marathon dependía el que fuese Viren, en lugar de Juantorena, el nuevo dios del Olimpo. Viren dio una muestra de excepcional calidad deportiva al aguantar hasta el final, a pesar de que la medalla se le había escapado. Otro hombre con dos medallas de oro conseguidas brillantemente se hubiera retirado para evitarse los múltiples sufrimientos de la casi inhumana carrera de marathon. Viren, que estuvo en el grupo de cabeza desde el comienzo, no pudo resistir el ataque final de los especialistas y entró en la meta en el quinto lugar. No obstante, el público le ovacionó cálidamente. Quizá tanto como si hubiere sido el triunfador.La marathon se centró hasta los cinco kilómetros en diez hombres, entre los que estaban los mejores. En el kilómetro diez, el paquete se aumentó a doce, con dos estadounidenses, un portugués, un canadiense, un sueco, un puertorriqueño, un neozelandés (Viren), un soviético, un australiano, un mexicano y un japonés. Cierpinski, en ese momento, había perdido un minuto justo y era el decimoquinto.
En la meta se presentó, en solitario, el polaco Cierpinski, que realizó un final propio de un corredor de diez mil metros. Shorter perdió casi un minuto, Lismont conquistó el bronce y a partir de ese momento las diferencias en la llegada se fueron agrandando. Cierpinski no fue recibido como en Munich Shorter, seguramente porque la mayoría del público se sintió decepcionada al no encontrarse con el vencedor esperado.
Entre los siete abandonos estuvo el del español Manguan, y Antonino Baños no consiguió ni siquiera una clasificación discreta, ya que detrás de él solamente entraron nueve participantes. Agustín Fernández fue el cuarenta y seis, de los sesenta clasificados.
Esta vez la marathon, pese a que registró la mejor marca obtenida hasta el momento, no tuvo el habitual final de desmayos y vomitonas. Las camillas no tuvieron que funcionar. Los atletas no encontraron en Montreal los sufrimientos de otros lugares. Quizá la lluvia les suavizó el recorrido.
«Fosbury» contra rodillo ventral
El otro número fuerte de la tarde estuvo en el salto de altura. Nueve partidarios del «fosbury» se enfrentaron a cinco clásicos del rodillo ventral. Tres practicantes del «fosbury» coparon las medallas. La sorpresa estuvo en la derrota del recordman mundial Stones, que saltó diez centímetros menos de los que tiene acreditados.
Se había recomendado calma al público para con Stones y éste no escuchó protestas más que en su primer salto. Stones apareció en el estadio con una camiseta que decía: «Año del Canadá francés». Aunque la inscripción estaba en inglés, e público se reconcilió un poco con el atleta, que limitó su espectáculo a mostrar la camiseta y a barrer la pista junto a los jueces cuando la lluvia la puso imposible.
Stones saltó con miedo a causa de las condiciones de la pista y hasta dió la impresión de que tiraba con la mano adrede el listón en los dos últimos intentos. Stones fue protagonista, sin embargo, porque estuvo en plan vedette siempre. Además de la camiseta primera, lució una blanca y, posteriormente, una roja. Los últimos intentos los hizo con la blanca debajo de la roja. Stones fue, sin embargo, el primero en felicitar al polaco Wszola, al conseguir los 2,25 que supusieron récord olímpico. También hubo un atleta que en lugar de lucir el chandal de su nación usó uno con el nombre del grupo deportivo al que pertenece, lo que supongo habrá sido tomado en cuenta por los que se han molestado por el hecho de que debajo del uniforme oficial luciera Carmen Valero, en unas series matinales, un chandal en el que se leía Barcelona.
La prueba de salto estuvo dominada siempre por el polaco Wszola, que no comenzó a concursar hasta el 2,14. Wszola únicamente falló un intento en el 2,115, dos en el (,27 y el que le correspondió en 2,29 por renunciar al intento de la altura anterior. Stones falló los tres en el 2,23, lo que le sirvió para ganar el bronce, ya que el soviético Budalov, que pasó con un nulo al 2,25, no logró superar esta meta y por mayor número de nulos quedó en cuarta posición.
La gran sorpresa estuvo en el canadiense Greg Joy, que batió dos veces el record de su país y se plantó en la plata. Joy fue la gran alegría local de la tarde.
No tuvieron enemigo los ocho negritos USA que ganaron los 4 x 100 y los 4 x 400. Glance, Jones, Hampton y Riddick se pusieron en cabeza desde la primera posta y aumentaron la diferencia en la última. Los soviéticos, con Borzov en los últimos cien metros, también fueron superados por los germanos democráticos. Frazler, Brown, Newhouse y Parks sufrieron menos todavía para imponerse a polacos y alemanes federales. En esta prueba hubo emoción durante el último relevo, porque Juantorena intentó recuperar el terreno perdido por sus compañeros. Juantorena hizo cuanto pudo en los trescientos primeros metros, pero el esfuerzo lo acusó y únicamente pudo ganar al finlandés. Cuando él inició la carrera, su equipo ya lo había perdido todo.
En la final de los 1.500 metros, Wohlhuter se vio nuevamente superado. En la penúltima curva quedó encerrado y ya no pudo salir. Todo quedó centrado en John Walker y Vandame, y el triunfo final correspondió al neozelandés, que sostuvo un emocionante sprint final con el belga. La ausencia de Filbert Bayi y la lluvia impidieron la superación de la marca mundial.
Los únicos récords de la tarde corrieron a cargo de las mujeres. El mundial lo establecieron las atletas de la RD Alemana en los 4 x 400 metros. Las germanas han dejado en 3-19-23 lo que estaba en 3-23-00. Las USA, que ocuparon la segunda plaza, también corrieron por debajo de la marca anterior, pero la diferencia obtenida por las germanas fue de más de tres segundos.
El atletismo de Montreal ha superado al de Munich. Aquí se han batido en total ocho récords mundiales, uno más que en los pasados juegos, y se han establecido dos mejores marcas en 20 kilómetros marcha y marathon. El total de récords olímpicos, además de los que han marcado naturalmente los mundiales, ha sido de ocho, y uno -el de pértiga- ha sido igualado por tres hombres. Curiosamente, de los ocho mundiales tres han sido establecidos por las mujeres y de los ocho olímpicos los hombres únicamente han conseguido dos.
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