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"Un hombre disparó sobre José Luis"

«Un hombre disparó sobre José Luis», ha declarado a EL PAIS un testigo presencial del suceso ocurrido en la calle general Franco, de Orense, el 17 de febrero de 1975, fecha en que resultó muerto, en extrañas circunstancias, un muchacho de diecinueve años. La versión que facilita nuestro comunicante, María Paz Rodríguez Docampo, vecina de Orense, se relaciona con las declaraciones de un hermano de la víctima, el profesor Manuel Rodríguez Belmonte, que fueron divulgadas por EL PAIS, en entrevista publicada el pasado 11 de julio, y en la que el interviuado negaba la posibilidad de que su hermano se hubiese suicidado.

La señorita Rodríguez Docampo, que se vio involucrada en el desarrollo de los hechos, relata:-Eran las siete menos cuarto de la tarde, aproximadamente. Yo acababa de salir de clase. Pasaba en aquel momento pordelante de la ferretería donde ocurrió el suceso. José Luis, el joven que luego murió, cruzó delante de mí y se subió a una motocicleta. El semáforo, muy cercano a la tienda, estaba en rojo. El muchacho se paró allí. De pronto, tres o cuatro hombres salieron de la ferretería y empezaron a gritar. Yo volví la cabeza. Uno de ellos chillaba: «Cogedle, a él, desgraciado.» Esa era una de las frases que recuerdo. Los hombres se abalanzaron sobre el joven que estaba en la moto y lo atraparon. La moto estaba en marcha. Uno de los hombres que salió de la tienda llevaba agarrado al joven por los pelos y por un brazo. Otro de ellos lo llevaba cogido por una pierna. Se dirigían con él hacia la ferretería. El joven caminaba casi en vilo, sobre la pierna izquierda. Cuando le conducían a la tienda, ví que uno de los hombres apuntaba al muchacho con una pistola, primero a la altura de la mejilla, y luego, a la cabeza. Yo no sabía qué ocurría. Pensé que se trataba de policías. Imaginé que el joven había robado algo. De pronto, un hombre disparó sobre José Luis, el hombre que llevaba la pistola. Empecé a gritar: «No puede ser matar así.» Los hombres, más tarde me enteré que no eran policías, se metieron en la ferretería. Yo me acerqué a José Luis. Estaba tendido en el suelo y echaba sangre por la cabeza. Había quedado tendido en el suelo. Me acerqué porque me pareció una cara conocida, pero no, no le había visto antes. Sé que alguien trató de levantarlo, que le agarraron por detrás, tiraron de las ropas, y luego dejaron caer el cuerpo otra vez. Y eso es todo cuanto vi. No sé más del asunto. Cuando declaré ante el juez todo eso, puede que recordase más cosas. Ahora ya ha pasado mucho tiempo, un año y medio, y algunos detalles se han borrado.

-Físicamente, ¿cómo describiría al autor del disparo?

-No podría precisar mucho. Por aquellos días le hubiese reconocido. Hoy, no. Creo que era un hombre normal, de estatura media, no muy corpulento.

-¿Recuerda cómo iba vestido?

-No, no recuerdo tantos detalles. Me parece que vestía un pantalón de mezclilla y un jersey color marrón.

-¿Edad aproximada?

-Eso sí que no lo sabría calibrar. Fue todo muy confuso. Ocurrió en segundos. Yo lo presencié todo desde cerca, pero me consta que hubo otras personas que lo vieron igual que yo, y que no hicieron acto de presencia ante las autoridades. ¡Allá cada cual con su conciencia! Varias personas me comentaron que no me metiese en líos. Pero yo no tenía la conciencia tranquila. Pasaron unos días sin que me decidiese a prestar declaración ante las autoridades, pero al final lo hice. Mi propio padre, cuando se enteró de que yo había presenciado todo, me urgió a que lo contase. Y así lo hice. Todo cuanto le he dicho a usted se lo comuniqué al juez y a los policías, en su momento.

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