Don Juan Carlos y doña Sofía, con 40.000 campesinos en la llanura lucense
Manuel Fraga ha recibido a los Reyes de España como un gallego más, en Villalba, donde nació el ex vicepresidente del Gobierno. La presencia del líder de Reforma Democrática, en Lugo, se ha advertido, en algo más que la breve conversación mantenida con los Monarcas. Según fuentes autorizadas, Fraga habría sugerido, hace algún tiempo, el acto más espectacular protagonizado por los Soberanos en Galicia: Una concentración de 35.000 a 40.000 campesinos en la Terra Cha, la gran llanura lucense.
Riqueza posible y pobreza real es la definición que ha dado de Lugo el presidente de la Diputación, Eduardo García, quien señaló así los perfiles de la provincia: «Un pueblo que vive en comunidad, que en comunidad canta y baila, que en comunidad ama y odia, que en comunidad se apasiona por la política y que en comunidad sigue esperando una resurrección posible.»El recibimiento de Lugo ha sido, sin duda, el más impresionante, quizá porque a medida que se van cubriendo etapas -la de ayer fue la quinta jornada de los Reyes en Galicia-, la reacción popular se va haciendo más cálida.
Los Reyes visitaron el Ayuntamiento; oraron unos minutos ante la Virgen de los Ojos Grandes, en la catedral; conocieron en la Diputación importantes datos sobre los problemas de la provincia; descubrieron un monolito conmemorative de la visita, situado en la puerta de San Bernardo, en la muralla que entorna el viejo casco urbano y conocieron la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos. Un denso programa, en el que lo más destacado fue el número de vecinos que se agolparon en las calles.
Tomás Notario, alcalde de Lugo, señaló en el discurso pronunciado desde el balcón principal de la Casa Consistorial, que este es el momento más álgido para la provincia. «Sus índices económicos de renta per cápita, tasa de actividad, índice agregativo de bienestar, son los más bajos de todo el ámbito nacional», dijo.
El Rey, que fue interrumpido ocho veces por aplausos y vítores de miles de lucenses, dijo entre otras cosas: «Yo os prometo que el Gobierno se ocupará a fondo y de modo constante de vuestros problemas, y que yo, después de recorrer vuestras tierras y comarcas llenas de belleza y de saudade, me convertiré en vuestro permanente abogado, pues el corazón del Rey ha de estar especialmente al cuidado de sus súbditos más necesitados.»
En Lugo capital, por primera vez en el viaje, escasearon las pancartas.
La petición de autonomía para Galicia fue uno de los puntos más aplaudidos del discurso pronunciado por el presidente de la Cámara Oficial Sindical Agraria (COSA) ante unos 40.000 campesinos. Caía un sol de justicia a las 5.15 de la tarde cuando llegó a Arneiro la comitiva real, en la que figuraban los titulares de las carteras de Agricultura, Obras Públicas y Relaciones Sindicales, éste en funciones de ministro de Jornada. Los agricultores habían llegado de toda Galicia en más de mil autobuses y muchísimos turismos. Buen número de ellos estaban allí desde las 12 de la mañana y habían comido en la gran llanura, la mayor de Galicia, en una zona donde el polvo hacía irrespirable el aire. A pesar de todo, los campesinos aguantaron a pie firme exhibiendo pancartas en las que mostraban su adhesión al Rey, se oponían a la construcción de un embalse o exigían la devolución de los montes comunales, montes de los vecinos comunales, montes de los vecinos que en algunos casos todavía explotan los ayuntamientos. En esta ocasión, las Comisiós Campesiñas, que habían capitalizado la visita en Ribadavia, el martes, apenas tuvieron presencia. Posiblemente eran de este grupo algunas pancartas retiradas, en las que se leía «Amnistía xeral», y «Mais xusticia pra o campo».
Antonio Rosón, presidente de la COSA, planteó los graves problemas del campo en un largo discurso, del que él mismo fue víctima. Un ligero desvanecimiento le impidió, durante unos minutos proseguir la lectura, que continuó otra persona. El mismo pudo dar a conocer la frase más aplaudida: «Estimando que el centralismo es un elemento paralizante, el sector agrario demanda, sin recelo, la autonomía de Galicia.».
Don Juan Carlos I, que pronunció parte del discurso de respuesta en gallego, como había hecho en sus primeras intervenciones en la región, dijo: «Quiero especialmente señalar que vuestro anhelo de asegurar y enriquecer la unidad de España por la vía de una justa y eficaz distribución del poder y las competencias, en lo político y lo administrativo, es sin duda, el camino para hacer realidad una patria variada y fuerte, unida en todo lo esencial y rica en las peculiaridades que nos marcan indeleblemente su verdadera fisonomía.»
En la Terra Cha, Mombiedro de la Torre, presidente de la Hermandad Nacional de Labradores y Ganaderos, garantizó que estas entidades son homologables en el extranjero, aunque en el futuro cabe esperar, y es deseable, que surjan otros sindicatos campesinos. Aseguró que el objetivo de las hermandades, es la paridad de renta con otros sectores, la reforma agraria de cada una de las regiones, pactada con el Gobierno, y una política de producción y precios centralizada. De las Comisiós Campesiñas dijo que las reivindicaciones que ahora plantean, ya fueron hechas por las hermandades en 1954.
Fraga saluda a los Reyes
«A vila de Fraga os saluda», decía una pancarta a la entrada de Villalba, población de 5.000 habitantes, que se elevan a 18.000 en el municipio. El propio Manuel Fraga, y su cuñado, Carlos Robles, ex ministro de Educación, se encontraban junto a la Corporación municipal y saludaron a los Reyes, que se detuvieron un momento con los Reyes, se detuvieron un momento con los dos miembros del primer Gobierno de la Monarquía. El ex vicepresidente, que pidió disculpas al Rey por el hecho de que su esposa no pudiera acompañarle, no quiso comentar las palabras que había cruzado con los Monarcas, y aseguró que hasta septiembre no hará declaraciones.Fraga fue el gran protagonista de los últimos minutos de estancia de los Reyes en la provincia de Lugo. A él aludió el alcalde, que se refirió a las mentes privilegiadas que ha dado el municipio, y a él, junto con Robles Piquer se refirió Juan Carlos en unas palabras improvisadas, diciendo que a través de ambos conocía Villalba con anterioridad.
Tras el cordial saludo de los Reyes, cuando éstos regresaban a Compostela, en helicóptero, el ex vicepresidente del Gobierno fue abordado por docenas de paisanos, que querían intercambiar unas palabras y estrechar su mano. Se comentaba, aunque no pudimos confirmarlo, que el Jefe del Estado y Fraga Iribarne mantendrán una entrevista en breve plazo.
A su llegada a Santiago, el Rey recibió diversas audiencias. Hoy, Sus Majestades y diversas personalidades visitarán La Coruña.
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