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Francia

La legalización del aborto no ha influido en el número de nacimientos

La polémica sobre el aborto vuelve a la palestra de las pasiones, entre partidarios y detractores, de la mano de las primeras evaluaciones serias, realizadas en este país, desde que, hace año y medio, se votó la ley que legalizó el derecho de las mujeres a interrumpir su embarazo. Según los demógrafos, puede afirmarse que la legalización del aborto no ha aumentado, ni disminuido, el número de nacimientos en Francia.

La entrada en vigor de esta ley, según un estudio oficial, confirma un dato: el aumento de abortos practicados normalmente, en hospitales o clínicas, y la desaparición, prácticamente total, de los clandestinos. Según las indicaciones del primer trimestre de este año, en Francia se practicarán unos 100.000 abortos. Y, a juzgar por las mismas fuentes, los clandestinos apenas pasarán de 3.000. Hasta el año pasado, sin embargo, sólo a Inglaterra iban 30.000 francesas por año para abortar.

Trampa para burlar la ley

Uno de los hechos más positivos, comprobados en todos los hospitales de la región parisiense, consiste en que dichos establecimientos ya no reciben ni a una sola mujer enferma como consecuencia de las condiciones siniestras que caracterizaban el aborto clandestino. Este procedimiento, en la medida ínfima en que aún se practica, parece se debe a la trampa inventada para burlar la ley, que no reembolsa los gastos del aborto por medio de la Seguridad Social. Algunas clínicas, en efecto, se piensa enmascaran la operación con el nombre de otro tratamiento para que coticen los seguros sociales.A la vista de los cálculos realizados por los organismos responsables, en este primer tiempo al menos, la legalización del aborto no ha influido en su práctica. Antes de la ley de la señora Simone Veil, se daban cifras tan fantásticas como clandestinas: se decía que el número oscilaba, al año, entre 400 y 800.000. Los demógrafos opinan que la cifra más justa giraba en torno a los 130.000, sensiblemente parecida a la que puede arrojar el aborto después de la ley.

Quienes, en Francia, se manifestaron siempre contra el aborto, aún no dan la batalla por perdida. Hace menos de un mes, el obispo de Estrasburgo, monseñor Elchinger, que tanto dio que hablar días pasados, al arremeter ferozmente contra la colaboración entre marxistas y cristianos, comió con el primer ministro, Chirac, y se asegura abordaron el inquietante aumento de los abortos, según el obispo.

En este sentido, las cifras parece desmienten al purpurado y a los natalistas obsesos, como el líder de la mayoría, senor Debré, paladín número uno de la Francia de cien millones. Los especialistas, por una parte, no excluyen que el aborto favorezca la baja de natalidad, de no ir acompañada de medidas de ayuda real a las familias. Pero, estos mismos expertos opinan que, las gentes, son más sensibles a las cargas enormes que supone una familia numerosa.

A partir de experiencias realizadas en otros países, como la URSS y Rumania especialmente, aquí también se llega a la conclusión de que una política en favor de la familia influye, en la natalidad, más que la prohibición del aborto.

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