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Los jubilados madrileños se organizan en una asociación provincial

La situación de los jubilados madrileños experimenta cierta transformación a raíz de la reciente puesta en marcha de la Asociación Provincial de Pensionistas de Madrid, que cuenta con 5.000 adhesiones y se encuentra en situación de trámite. Se han fijado once puntos en los que los pensionistas exponen sus inquietudes y reivindicaciones de carácter más urgente.

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Once puntos reivindicativos

Más de trescientos pensionistas y jubilados se reunieron durante la mañana de ayer en el local de la Asociación de Vecinos de Villaverde Bajo, para debatir los problemas que atraviesa este amplio sector de población en Madrid y su provincia. Gran parte de los asistentes procedían de Villaverde y zonas colindantes, si bien acudieron, además, jubilados y pensionistas de San Blas, Moratalaz, Tetuán, Progreso, Carabanchel y alojados del centro de Ramón de la Cruz.A lo largo del acto, se informó sobre la marcha de la naciente Asociación Provincial de Pensionistas de Madrid, que, desde el pasado 23 de marzo, permanece en situación de trámite ante el Registro de Entidades del Ministerio de la Gobernación. La Asociación cuenta con más de 5.000 adhesiones y un elevado número de asociados potenciales, a tenor del creciente número de jubilados y pensionistas de Madrid y su área provincial. Por el momento, consta de unos estatutos provisionales y una directiva elegida que, cuando la entidad sea dada de alta ante el Registro de Asociaciones, someterá a nueva elección. Está presidida por José Caldeiro, de 56 años de edad, pensionista aquejado por lesiones determinantes de invalidez permanente desde 1972. Su secretario es Banjamín Sobrín y la Asociación, que por el momento carece de local social, tiene en Madrid el apartado de Correos 5.081. En ocasiones, algunas entidades vecinales ceden sus sedes para que lo pensionistas y jubilados se reúnan y se esbozan diferentes proyectos para realizar frecuentes contactos y cambios de impresiones.

Directrices de la Asociación

A lo largo de la reunión, desarrollada en Villaverde, intervinieron varias personas de la zona y de las áreas madrileñas que acudieron; el presidente, José Caldeiro, desarrolló una ponencia sobre la problemática general del sector y trazó las directrices generales que mueven a la Asociación Provincial de Pensionistas de Madrid.En la capital y en la provincia, dijo, hay más de medio millón de jubilados, pensionistas, viudas y huérfanos adscritos a la Seguridad Social. El 80 por 100 de esta cifra total de personas percibe pensiones inferiores a 7.000 pesetas mensuales. Además, existe un número comprendido entre 50.000 y 100.000 personas que no perciben pensión alguna y únicamente cobran entre 1.000 y 1.500 pesetas mensuales de la Beneficiencia -según señaló el señor Caldeiro-. Aludió luego a la evidente desproporción entre el esfuerzo exigido a las generaciones de jubilados, cuando constituían población activa para poner en marcha su trabajo -con turnos de hasta 14 horas diarias-, la economía del país y el monto actual de las pensiones que cobran. «Soñábamos que después de tantos años de trabajo duro, intenso, con turnos agotadores y con el condicionante de lograr una productividad elevada que necesitaba el país, pudiéramos disfrutar de una jubilación digna y sosegada, sin trabas económicas como las que ahora padecemos, con pensiones de hambre y sin autonomía para descansar, ni instalaciones adecuadas, ni la atención que requerimos.»

Asimismo, extendió estas consideraciones a las viudas; «los trabajadores que con esfuerzo crearon la riqueza básica de España verían ahora malvivir a sus mujeres, con pensiones ridículas e ínfimas»; «esta situación -añadió- les obliga frecuentemente a emplearse como asistentas o en servicios de limpieza de oficinas y trabajos similares. Se dan muchas irregularidades en su contratación, pues los empleadores saben que se encuentran afiliadas a la Seguridad Social y no les dan el alta, para eludir los devengos que marca la ley».

Algo similar -indicó José Caldeiro- sucede a los huérfanos adscritos a la Seguridad Social. La insolvencia de sus pensiones les veta la posibilidad de estudiar hasta que cumplen la edad laboral exigida, por lo cual suelen emplearse antes de tiempo en faenas duras, mal retribuidas, vulnerables además por empleadores desaprensivos.

Dispersión en Madrid

Tras señalar el apremio de soluciones que el problema de los jubilados, los pensionistas, las viudas y los huérfanos exige, indicó la necesidad de que las Cortes resuelvan cuanto antes todos y cada uno de estos casos. Pasó luego a caracterizar la atención sanitaria que se dispensa a los jubilados y aludió a las deficiencias en dotaciones, instalaciones y servicios, además de referir los problemas que su dispersión acarrea en Madrid a una población de edad elevada, carente de medios económicos para afrontar los gastos de transporte.Después de afirmar la compleja red de problemas que para el sector supone la carestía de la vida y el nivel de precios, habló el señor Caldeiro de las gestiones que la Asociación Provincial ha realizado para lograr la atención que los jubilados merecen.

Con el objetivo de conseguir desterrar la indolencia y la conformidad pasiva de los jubilados -por falta de condiciones- para dar salida a sus problemas, definió a la Asociación como un lugar de reunión para todos los que se encuentren en este tipo de situaciones, para solventarlas de un modo unido. Calificó a la Asociación de una entidad para buscar soluciones ante las instancias oficiales, de un modo pacífico pero tenaz; José Caldeiro leyó un programa de once puntos que resume las peticiones del sector, y que ha sido elaborado por los asociados.

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