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Serias dificultades para construir la plaza en San Sebastián

Hay serias dificultades para construir la plaza de toros de San Sebastián, a causa de problemas de rentabilidad y emplazamiento. Son muchas las posibilidades de que los aficionados donostiarras se queden sin espectáculos taurinos, al menos durante varios años, y la ciudad sin su tradicional feria de la Semana Grande.El estado actual del problema es que el Ayuntamiento ofrece unos terrenos en Zubieta al empresario Jesús Martínez Flamarique «Chopera», acodados al espacio que posiblemente se dedicará a complejo deportivo y donde es más que probable que se construya el campo de fútbol de la Real Sociedad, pero con la condición expresa de que aquéllos no serán edificables bajo ningún concepto. Esta cláusula se supone que no será aceptada por Chopera y cercenará, por tanto, su intención actual de construir la plaza de toros de San Sebastián.

La antigua plaza de San Sebastián, llamada del Chofre, que se encontraba en el espléndido barrio de Gros, era propiedad de la empresa Nueva Plaza de Toros de San Sebastián, SA. La sociedad, con el coso, naturalmente, fue adquirida por la empresa Nueva Plaza de Toros de Madrid, SA, la cual organizó corridas durante unos años y finalmente, año 1973, vendió plaza y terrenos a unos constructores, que derribaron aquella y edificaron viviendas. El negocio fue redondo.

El señor Jardón, entonces presidente de Nueva Plaza de Toros de Madrid, hoy ya fallecido, donó a la Junta de Beneficencia de San Sebastián la cantidad de quince millones de pesetas, en concepto de donativo y con el fin de constituir un fondo por si esta entidad se decidía a afrontar la construcción de una nueva plaza de toros.

La Junta de Beneficencia, cuyo consejo está constituido, a partes iguales, por concejales y vocales-vecinos, estudió a fondo el tema, con la idea de tener una plaza propia y explotarla siguiendo el ejemplo de la Casa de Misericordia, de Pamplona, cuyos ingresos principales proceden de la organización de corridas de toros. Tras diversas reuniones se llegó al acuerdo final de no afrontar la empresa, pues existía el peligro de que ésta no fuera rentable.

Por aquel entonces se constituyó la Asociación Taurina Donostiarra, integrada por aficionados de la localidad, los cuales ven la necesidad de que San Sebastián cuente con una plaza de toros, y sus objetivos fueron entonces y siguen siendo ahora, mover estados de opinión en favor de su construcción y mantener vivo en la ciudad el interés por la fiesta. Efectivamente, a su impulso se organizan todos los años unas intensasjornadas taurinas y diversos medios de difusión recogen estas inquietudes.

«Chopera» quiere construir

Paralelamente, el hombre de negocios taurinos Jesús Martínez Flamarique «Chopera», manifiesta su intención de construir la plaza, para lo cual gestiona en el Ayuntamiento la concesión de unos terrenos, pues en San Sebastián los precios de los solares son elevadísimos, y por supuesto prohibitivos para abordar una empresa de este tipo. La irrupción de Chopera coincide casi con la toma de posesión, en 1974, del nuevo alcalde, don Francisco Casas Echarri, el cual declara que una de sus mayores ilusiones al frente del municipio será hacer realidad la nueva plaza de toros de San Sebastián.

Chopera eligió unos terrenos en Anoeta, de edificabilidad muy baja, el 0,10, e hizo el correspondiente documento privado de adquisición. Todo hacía pensar que ya estaba en marcha el proyecto, pero el Ayuntamiento no pudo conceder autorización para construir, pues aquellos terrenos estaban declarados zona rústico-forestal, y además planteaban problemas casi insolubles de accesos y servicios. Chopera intenta entonces situar la plaza en otra zona de Anoeta, propiedad de la Junta de Beneficencia, la cual accede a vender a bajo precio para apoyar así la construcción del coso, pero intervienen los técnicos de la Dirección General de Asistencia Social, como está preceptuado, y valoran a tan alto precio los terrenos, que Chopera se ve obligado a declinar la compra.

A partir de aquí, el Ayuntamiento hace suyo el problema y sugiere que la plaza se construya en Zubieta, enclave del término municipal, entre el hipódromo de Lasarte y Usurbil, a sólo cinco minutos de distancia de San Sebastián, en automóvil, y con muy buenas comunicaciones. Llegado el caso, el Ayuntamiento adquiriría los terrenos necesarios para el emplazamiento del coso y de un complejo deportivo en el que se incluiría el campo de fútbol de la Real Sociedad. Chopera tiene la opción de compra al Ayuntamiento, y la solución es buena, pero aquél impone limitaciones en cuanto a disponibilidad de futuro del suelo, al objeto de evitar la especulación y que nuevamente pudiera plantearse la cuestión del derribo de la plaza si el propietario creyera conveniente revender los terrenos. Esta condición, es creencia generalizada en círculos bien informados donostiarras, quizá no sea aceptada por Chopera, el cual desea, lo que por otra parte es lógico, una clara capitalización de las fuertes inversiones que supondrían la construcción de la plaza.

Si el desenlace es este, el Ayuntamiento sacará a concesión los terrenos de Zubieta. Otra empresa, o fusión de empresas, podrían hacer realidad el coso donostiarra, que creemos sería rentable si se explota con coherencia y en armonía los intereses empresariales con los del aficionado. Pero ya no será, tampoco, para la temporada 1977. San Sebastián, 167.000 habitantes, un gran incremento de población flotante en verano, cabecera de comarca, muy bien comunicada con ricos y numerosos núcleos urbanos, seguirá sin espectáculos taurinos un año más.

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