Unidades de la flota norteamericana, hacia el puerto kenyano de Mombassa

La guerra subterránea entre Kenya y Uganda, iniciada a raíz de la incursión israelí contra el aeropuerto ugandés de Entebbe, amenaza con transformarse en enfrentamiento militar abierto.Ambos países se habían acusado mutuamente de concentrar tropas en sus fronteras respectivas. Más tarde, tanto Kenya como Uganda, se han declarado invadidas la una por la otra. La situación ha llegado a un punto de posible confrontación, y se informó que unidades de la flota norteamericana, del océano Indico efectuarán una visita de rutina al puerto kenyano de Mombassa. Asimismo la ONU envió a un grupo de observadores que deberán colocarse en las fronteras entre los dos países. El presidente Idi Amin acusó a Kenya de haber colaborado con el comando israelí que rescató a los rehenes del aerobús francés, secuestrado hace una semana en Kampala. Los aviones israelíes repostaron en su viaje de regreso en el aeropuerto kenyano de Nairobi, donde un hospital de campaña israelí había sido instalado en el mismo aeropuerto para los primeros auxilios.

Posteriormente los periódicos de Nairobi hablaron de Pogroms de ciudadanos kenyanos residentes en Uganda, muy en particular los de la ciudad de Yiva, situada a 80 kilómetros al norte de Kampala, donde al parecer, según las fuentes kenyanas, hubo cerca de 200 víctimas.

Antes de la incursión israelí contra Uganda, las Fuerzas Armadas ugandesas, equipadas por la URSS, eran muy superiores a las de Kenya. La superioridad era notoria en la aviación. Uganda contaba con una escuadrilla de Mig-17 y Mig-21, más de la mitad de los cuales fueron destruidos por el comando israelí. Kenya, por el contrario, sólo dispone de unos cuantos Hawker Hunter.

Las fuerzas de tierra ugandesas son también muy superiores y cuentan con tanques. Kenya por su parte sólo tiene varios vehículos artillados, utilizados habitualmente para el patrullaje de fronteras.

Una de las primeras medidas tomadas por Kenya contra Uganda fue impedir todo abastecimiento en carburante a Kampala, muy en particular el utilizado por la aviación. Se estimaba que todo el parque móvil ugandés y las industrias, podrían quedar paralizados al agotarse las reservas para una semana de que dispone Uganda.

El Gobierno kenyano decidió también solicitar el pago en divisas de los derechos de tránsito de las mercancias que transitan desde el puerto kenyano de Mombassa, en donde también está la refinería que abastece a Uganda, a Kampala. Como consecuencia de esta medida, el tráfico ferroviario y por carretera entre los dos países quedó interrumpido.

Uganda, Kenya y Tanzania constituían la llamada Comunidad del Este Africano, la única agrupación regional de Africa que había logrado resultados positivos en la ejecución de proyectos comunes. La línea aérea East African Airways, propiedad de los tres Estados, era un ejemplo, así como la explotación comunitaria de las vías de comunicación por carretera y ferrocarril.

Las reivindicaciones fronterizas de unos contra otros, y la creciente amenaza de guerra abierta entre Kenya y Uganda, ponen en entredicho el futuro de esa unión.