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El "compromiso histórico", una realidad social inevitable

El comunista Pietro Ingrao ha sido elegido, ayer tarde, presidente de la Cámara de diputados con 488 votos a su favor, 117 en blanco, y 8 dispersos. Amintore Fanfani, democristiano, volverá a presidir el Senado, como ya hizo en la quinta legislatura de 1968 a 1972.

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Se podrá poner ahora en marcha la séptima legislatura con dos timoneros al frente de los órganos legislativos más importantes del país, expertos de rutas diversas, aunque no divergentes. Ingrao se ocupaba últimamente de las relaciones Iglesia y Estado en una especie de gran comité de estudio creado por el Partido Comunista para la revisión de los Pactos de Letrán. Fanfani es posible que, retornando al Senado, abandone definitivamente su actividad de hombre de partido para mirar más alto, hacia la presidencia de la República.Los radicales, que como los demoproletarios (extrema izquierda) no han participado en las reuniones de los partidos del «arco constitucional» que han concertado el nombramiento de Ingrao y Fanfani, ya han prometido que la abrogación del Concordato y el aborto serán los primeros problemas que, pongan sobre el tapete parlamentario.

Ingrao, a pesar de su papel de simple moderador de la Asamblea, podrá influir también como moderador ideológico entre la tesis que proponga la abrogación total, apoyada acaso por los mismo socialistas, y la que prefiera revisiones parciales que será la tesis comunista y democristiana.

Fanfani se encontrará en su camino a la presidencia de la República un competidor peligroso, Francesco de Martino, a quien la política, iniciada por la base sindicalista del partido, tratará de ladear, aupándolo a más altos cargos.

Será difícil conipetir con el socialista De Martino, a no ser que Aldo Moro, que seguirá siendo el artífice lento pero seguro, silencioso pero insistente y a la larga eficaz de la apertura al socialismo no se vea desautorizado, exasperado o amargado. En la dialéctica política italiana no será fácil desautorizar a Moro, como ya se hizo con Fanfani a quien incluso se le ha tachado de «paragolpista» y líder de la derecha moderada. Hacerle perder la paciencia a Moro sería un caso límite o sólo en el caso en que el sistema agotara sus posibilidades combinatorias.

Lo más importante de esta elección parlamentaria es que se haya llegado a ella a través de una especie de pequeño «compromiso histórico» de los partidos constitucionales. Excluidos los neofascistas y la «nueva izquierda», liberales, republicanos, democristianos y socialistas se han sentado por primera vez en torno a una mesa con los comunistas desde hace 30 años en que se constituyó la República. Es justo que los comunistas canten victoria e interpreten el hecho como una lógica consecuencia del éxito electoral del 20 de junio y que los democristianos lo vean como un inicio positivo «para una mayor y más activa colaboracion a nivel institucional para un buen funcionamiento del sistema parlamentario».

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