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Industrial panadero desaloja a tiros la sede de la Agrupación del sector

Emilio Alonso Munárriz, industrial panadero que en los últimos tiempos se ha destacado al protagonizar la lucha contra el fraude y la carestía en el pan, desalojó a tiros a las tres y media de la tarde de ayer, la sede de la Agrupación Nacional de Panaderos, armado con una escopeta de cañones recortados.Según diferentes versiones recibidas en EL PAÍS, el industrial se presentó en la Agrupación y acusó a sus dirigentes de provocar la indignación popular con el precio del pan. Para apoyar sus afirmaciones dijo que iba a recoger unos contactos fotográficos que tenía en el coche sobre la manifestación de la calle de Preciados, celebrada el pasado 22 de junio. Cuando volvió, llevaba en la cartera, bajo el brazo, el arma que luego disparó. Tras mostrar los contactos al presidente de la Agrupación y procurador en Cortes, Pedro Castro Carrero, sacó de la cartera la escopeta (pistolón, según nos la calificó el propio Emilio Alonso), y efectuó varios disparos contra la pared, con el consiguiente deterioro del mobiliario. Las personas que se encontraban en el despacho del presidente de la citada Agrupación, fueron arrinconados por el industrial panadero en un cuarto de baño, obligándolos poco después a desalojar el edificio, momento en el que sufrió una serie de lesiones el secretario general técnico. Ya en la calle de la Palma, los desalojados fueron aún perseguidos a la carrera por Alonso Muniárriz, quien gritaba, «al ladrón», ante el asombro y curiosidad de los transeúntes.

«No quería matar a nadie»

«Soy un hombre de paz y no intentaba matar a nadie. Sólo quería que todo el mundo supiera quiénes eran los responsbles de que el pan continúe tan caro», declaró a Cifra el industrial panadero Emilio Alonso Muñárriz, cinco horas después de haber intentado disparar contra el presidente de la Agrupación de Panadería, cuando éste se encontraba reunido con otros industriales en la sede de la misma.

El señor Alonso se puso en contacto telefónico con Cifra, y tras afirmar que se iba a entregar luego a la policía, explicó que había llegado a la sede de la Agrupación con la intención de obtener unos datos relacionados con los precios del pan. «Una vez allí -declaró-, vi que estaban todos reunidos. Empezaron a afearme mi conducta porque quiero bajar los precios del pan y a insultarme. Yo me enfadé y bajé al coche, subí con unas fotografías de la manifestación de la calle de Preciádos en la que todos protestaban por la subida del pan y con una escopeta de cañón recortado, cargada con mostacilla de codornices para defenderme. No pensaba matar a nadie. Sólo quería defenderme porque ellos eran muchos y yo soy un hombre de sesenta y tres años, amenazado varias veces de muerte precisamente por querer vender el pan más barato».

"Disparé una vez -añadió-, pero al aire, porque sólo quería asustarles".

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