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La oposición denuncia la "reforma otorgada" y el referéndum

Treinta y dos políticos de la oposición, representativos de un amplio abanico de fuerzas -liberales, demócratacristianos, socialdemócratas, comunistas e independientes- celebraron ayer una reunión para aprobar un documento sobre la reforma constitucional, que EL PAIS habla avanzado en sus líneas fundamentales el pasado miércoles.

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Prosiguen los comunicados de los partidos políticos

El texto comienza explicando el deseo del pueblo español de caminar hacia la democracia, en estos términos: «Desde mucho antes de la muerte del general Franco, se había iniciado en España un incontenible proceso de democratización, en el que fue exponente el progresivo anhelo del pueblo por recuperar su soberanía. En los más diversos estratos sociales y ámbitos del país, se afianzó el convencimiento de que sólo una solución democrática haría posible el adecuado planteamiento y la justa superación de los múltiples problemas de una España deseosa de alcanzar su estabilidad política».«Colegios profesionales, asociaciones de vecinos, intelectuales, organizaciones de trabajadores, grupos políticos de todo tipo, e incluso jerarquías eclesiásticas, no han dejado de insistir en la necesidad de una nueva formna de convivencia para los españoles, basada en los principios democráticos que hoy están vigentes en toda Europa Occidental».

La situación después del 20 de noviembre

El documento analiza después lo ocurrido en España desde la muerte del Generalísimo Franco, con las siguientes palabras: «Era lógico suponer que tras el 20 de noviembre del pasado año, se abriría una nueva y decisiva etapa, mediante la transformación de instituciones, la renovación de hombres, la supresión de procedimientos autoritarios, y el enérgico saneamiento de una corrupción económica tolerada -cuando no promovida- por el poder público. Sin embargo, bien pasados siete meses de aquella fecha, el protagonismo de la misma clase política, los modos autoritarios y represivos, y la pasividad ante la corrupción no han variado sustancialmente».

«Los cambios que pueden apreciarse externamente en la vida española no se han debido a un sincero y meditado plan de liberalización y democratización, sino que han sido el resultado del vigoroso empuje de fuerzas sociales y políticas».

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«Se está confundiendo la sensata madurez del pueblo español y sus deseos de que el paso de la dictadura a la democracia tenga lugar pacíficamente, con una pretendida indiferencia del futuro, que los hechos se encargan de desmentir cotidianamente. Representaría un gran error y una grave responasabilidad confundir la buena predisposición hacia las soluciones negociadoras que preconiza la oposición democrática, con la impotencia para actuar solidaria y resueltamente, estimulada por el imperioso deber histórico de ofrecer una alternativa política convincente para los hombres y los pueblos de España».

No a la reforma planteada

A continuación, el documento de la oposición española, rechaza la reforma tal como ha estado planteada hasta ahora. Los firmantes parten del siguiente razonamiento: «Los planteamientos que hasta ahora han venido produciéndose desde el Gobierno, supone n la pretensión de administrar el ritmo y alcance de la necesaria y deseada democratización, y someten al pueblo español a una tutela que ni merece ni ha solicitado».

«Ninguna de las fuerzas y grupos políticos de la sociedad española -continúa- han de quedar excluidos de la posibilidad de obtener, en el limpio juego democrático, su propia legitimación; porque es hora ya de proclamar la absoluta inexistencia de razón alguna para que se siga secuestrando la soberanía popular».

«Nos consideramos obligados a denunciar ante el país -prosigue la operación de enmascaramiento democrático que implican la llamada reforma constitucional y el anunciado referéndum, tal como estaban planteados por el Gobierno cesante».

«Denunciamos la Reforma -añade-, que ha sido concebida como una carta otorgada desde el poder, sin que en su elaboración haya podido participar el conjunto de las fuerzas políticas del país, y sin la previa existencia y garantía de un marco adecuado de libertades públicas».

«Denunciamos el referéndum, porque se ha planteado como un. simple mecanismo aprobatorio dé la reforma unilateral y antidemocrática, en línea con precedentes bien conocidos, y en definitiva como tosco simulacro políticamente ilegítimo e históricamente inútil».

«Por otra parte, la falta de representatividad de los poderes públicos está produciendo serios daños a la ya quebrantada economía del país, agravando problemas que podrían estar en vías de solución en un marco de democracia política, de todo punto imprescindible resolver las graves dificultades hoy existentes».

A continuación, el documento de la oposición expone las condiciones mínimas que han de'darse para un futuro democrático. «No se trata aquí de exponer un programa concreto como respuesta a la situación -aclaran- Ahora bien, sin dejar de reconocer el carácter circunstancial y las obligadas modulaciones que los próximos acontecimientos puedan imponer, parece urgente expresar nuestra creencia de que no será posible ni viable un futuro democrático español sin que se produzcan estos hechos:

-Reincorporación a la vida ciudadana, con plenitud de derechos civiles y políticos, de cuantos españoles se encuentran aún en el extranjero o en prisión, procesados, o sancionados, por razones políticas.

-Vigencia efectiva de los derechos y libertades democráticos, y libre constitución y actuación de los partidos políticos.

-Formación de un Gobierno ampliamente representativo de la comunidad nacional, que inicie y culmine, sin dilaciones innecesarias, el tránsito pacífico hacia una verdadera democracia.

El documento termina invitando «a cuantos españoles deseen honesta y sinceramente un porvenir democrático para el país», a soli si darizarse con dicha declaracion «están de acuerdo en lo fundamental, aunque puedan discrepar en expresiones accesorias».

Los firmantes

Como firmantes de este documento, aparecen las siguientes personas: Fernando Alvarez de Miranda, Oscar Alzaga, Rafael Arias Salgado, Manuel Azcárate, Carlos Bru, Ignacio Camuñas, Víctor Carrascal, Iñigo Cavero, Jaime Cortezo, Fernando Chueca, Francisco Fernández Ordóñez, Donato Fuejo, Paulino Garagorri, José Luis García de la Mora, Joaquín Garrigues Walker, José Luis Gómez Llorente, Felipe González, Luis González Seara, Enrique Larroque, Armando López Salinas, Jaime Miralles, Raúl Morodo, Enrique Múgica, Joaquín Muñoz Peirats, Carlos Ollero, Vicente Piniés, Bernardo Rabassa, Joaquín Ruiz-Giménez, Joaquín Satrústegui, Ramón Tamames, Enrique Tierno Galván y Antonio Vázquez.

Según se ha informado a EL PAIS, esta lista corresponde a las personas que han podido asistir a la reunión y firmar el documento.

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