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"Las páginas culturales son un lujo de los periódicos"

«Las páginas culturales son un lujo de los periódicos. Se trata de espacios marginales que se ocupan de temas muy concreto s sin llegar a poder realizar una crítica total de la cultura entendida como reflejo global de una sociedad», dijo Pedro Oriol Costa, director de Tele-Express, en el Congreso sobre «La crítica en los medios de comunicación», que está teniendo lugar en Barcelona. Según Oriol Costa, los periódicos están encorsetados por unas normas universales por unos géneros periodísticos identificados con un periodismo burgués que limita a la hora de cuestionar en su totalidad el hecho cultural.«Los grandes temas que configuran nuestra cultura -familia sí o no, consumismo, homosexualismo, propiedad privada, por citar algunos ejemplos-, no pueden salir en los periódicos críticamente porque dessvelan una represión individual y colectiva», manifestó el director del vespertino catalán.

De hecho, la prensa no puede dejar de ser síntoma de la sociedad. Si adoptase un papel crítico global dejaría de tener lectores. En este sentido, la crítica cultural ha de ceñirse a la información de hechos culturales específicos.»

La primera sesión del congreso ha estado dedicada a una encuesta realizada entre setenta criticos culturales de Madrid y Barcelona, analizada cualitativamente Por Manuel Parés, profesor de Teoría de la Comunicación, y tres alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información.

Entre las conclusiones se destaca que la crítica está ejercida por personas menores de 50 años (un 19 por 100 de los encuestados rebasan esta edad), de las cuales, el 28 por 100 son periodistas. Sólo un 22 por 100 tienen contrato laboral con empresas periodísticas. De ahí el pluriempleo que se ejercita en esta profesión

En el terna sobre La crítica como creación cultural, actuaron de moderadores José María Castellet, José Luis Giménez Frontín y Joaquín Marco.

Castellet denunció la función cultural adoptada por el franquismo en el sentido que ha ejercido una represión ideológica, a la vez que ha atomizado a una clase burguesa capitalista que podría haber asumido el papel de dar solidez a diversas corrientes culturales actuando con una industria cultural.

En el coloquio se citó el ejemplo de la familia Ortega, como uno de los que quedó fuera de esta manipulación política y pudo actuar como grupo cultural mediante unos medios editoriales sólidamente asentados.

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