Ford pide una política de estricto control del crecimiento
Gran parte del futuro, del mundo depende de nuestra cooperación». Mientras el presidente Ford pronunciaba estas palabras en su discurso inaugural de la «cumbre» económica de Puerto Rico, ante los jefes de Estado y ministros de Asuntos Exteriores y de Hacienda de los siete países más industrializados de Occidente, unos diez mil manifestantes gritaban consignas antiamericanas y pedían la independencia de Puerto Rico en los alrededores del lujoso hotel donde se celebra la conferencia, en la playa de Dorado, cerca de San Juan.Entre excepcionales medidas de seguridad, la primera sesión de la «cumbre» comenzó en la tarde del domingo con un discurso del presidente norteamericano en el que advirtió de los peligros de un crecimiento económico demasiado acelerado e hizo una llamada para la cooperación entre las potencias industriales. En la agenda del primer día de trabajo se incluían esencialmente temas como la recuperación de la crisis económica mundial, la lucha contra la inflación y algunos aspectos de la política monetaria de los respectivos países.
En el segundo y último día de trabajo de la conferencia se trató del comercio y las inversiones internacionales los problemas energéticos las relaciones entre los países industrializados y el tercer mundo. Un comunicado público en la madrugada del martes, hora española.
Ford, en su discurso a los otros seis líderes occidentales, dijo que la principal lección que habían obtenido los Estados Unidos de la reciente crisis económica es que la inflación crea la recesión y es la mayor causa del desempleo. Al mismo tiempo, Ford instó a los representantes de los otros seis países industrializados a que siguieran una política de estricto control del crecimiento económico y, afirmó que su Gobierno había resistido con éxito fuertes presiones para superestimar la economía y restringir el comercio.
Un mundo "próspero y seguro" dijo Ford, sólo podrá alcanzarse mediante una mayor cooperación entre las potencias industriales. Aunque reconoció qué, de la "cumbre" de Puerto Rico no podían esperarse "resultados espectaculares", el presidente norteamericano afirmó que lo importante era el clima de cooperación que se había creado entre las potencias industriales desde la reunión de Rambouillet.
Un portavoz del presidente se negó a confirmar o denegar que uno de los temas a discutir durante la sesión del lunes fuera la elaboración de un programa multilateral de ayuda a Italia.
En cuanto a las relaciones de los países industrializados con el tercer mundo, la sesión del lunes se dedicó esencialmente a la búsqueda de una fórmula que permita a aquéllos negociar con un frente común y, sobre todo, responder a la propuesta hecha en la reciente reunión de la UNCTAD en Nairobi para crear un «fondo común» de 3.000 millones de dólares para formar "stocks" que impidan la fluctuación de los precios de las materias primas.
Tanto Norteamérica como la República Federal Alemana se oponen a la creación de este fondo común, mientras que Canadá y Francia, parecen decididos a apoyar la propuesta de la UNCTAD.
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