Debilitada la posición de Ian Smith

Determinados proyectos para impulsar las reformas raciales en Rodesia que afectarían a los derechos de voto, la propiedad de la tierra y, en general el sistema de relaciones entre la población blanca y la negra, indispusieron al primer ministro, con ciertos miembros de su Gobierno y levantaron una gran controversia en el país.

Los proyectos fueron presentados por una comisión gubernamental y recibieron la aprobación de Ian Smith, por lo que el Frente Rodesiano, del que él forma parte, se encuentra partido en dos y la posición del primer ministro puede debilitarse seriamente, como nunca lo estuvo, desde que accedió al poder en 1964, al frente de la línea blanca más dura.

Los nacionalistas negros, que insisten en una participación mayor, la emprendieron con los proyectos, considerando que ofrecen, «demasiado poco y demasiado tarde». «Los africanos, -agregan-, ya no están muy preocupados por el hecho de compartir la mesa de los restaurantes con los blancos, sino que quieren que todo el sistema cambie ».

Las reformas fueron dadas a conocer por 11 miembros de la comisión, en la que participan cinco negros, y su estudio fue impulsado por el Gobierno en el pasado mes de septiembre, para mejorar las relaciones entre las comunidades rodesianas, con un millón de negros y sólo 270.000 blancos. Dentro de pocas semanas serán debatidas en el Parlamento.

«Monstruosa injusticia para los blancos»

La oposición a Smith puede hacerlas fracasar. El presidente del Frente Rodesiano, Des Frost, afirmó que «son contrarias a los principios de nuestro partido» y constituyen «una monstruosa injusticia contra la comunidad blanca». Verdaderamente, el informe de las reformas, de 115 páginas, sorprendió a muchos rodesianos que esperaban «algo más tradicional».Uno de sus puntos más discutidos es el relativo a la pertenencia de la tierra. Hasta ahora existía una rígida separación entre las posesiones blancas y las negras, que ahora se pretende abandonar. Pese a que las zonas residenciales blancas permanecen totalmente segregadas, la integración se introduciría en zonas urbanas e industriales, así como en granjas hasta ahora reservadas a los blancos.

Posiblemente, la recomendación más importante en el informe de la comisión es la relativa a la eliminación del voto segregado que hasta ahora sirvió para mantener la supremacía blanca en el poder legislativo. Es decir, cada unidad vota a sus propios representantes.

Pero la Comisión considera que «las relaciones entre las razas mejorarán si conseguimos que una y otra realicen un juego político común». En la actualidad, las listas de votantes blancos y negros están basadas en datos relativos a los ingresos y a la cualificación profesional. Se determina, sin embargo, que cada legislatura debe contar con 50 blancos y 16 negros, la mitad de estos últimos elegidos por voto directo y los otros por los jefes de tribus y notabilidades de la comunidad negra.