"La primera tarea política es la amnistía"
«Los pocos días que he estado en la cárcel han bastado para convencerme de que no hay tarea política más urgente que sacar de ella a los que llevan allí sufriendo meses y años. La primera tarea política es la amnistía", dijo Rafael Serer, momentos después de saIir en libertad condicional bajo fianza, ayer a las 13.15 de la tarde.
El líder monárquico, miembro fundador de la Junta Democráticva de España y de Coordinación Democrática, fue detenido el día 3 de junio, en el aeropuerto de Barajas, a su regreso de París. Rafael Calvo se había exiliado de España, en 1971 con ocasión de su procesamiento por el Tribunal de Orden Público por un supuesto detito de descrédito del Estado a raíz de un artículo publicado, en el diario Le Monde de París, titulado Yo también acuso, en que criticaba duramente la política del entonces vicepresidente del Gobierno, al mirante-Carrero Blanco.Rafael Calvo Serer ha salido bajo fianza de 300.000 pesetas, depositadas por un grupo de, amigos. La noticia de su próxima liberación fue comunicada a sus abogados, José, Zubía y José Joaquín Díez Aguilar, ayer a las 930 de la mañana. Un nutrido grupo de amigos y periodistas esperaba a.Calvo en la puerta de la cárcel dé Carabanchel, entre los que se encontraban Antonio García-Trevijano, Marcelino Camacho, Juan Ferrando y Antonio, Herrero Losada.
A primeras horas de la tarde el señor Calvo Serer ofreció unaconferencia de prensa, en la que estuvieron presentes, entre otros, García Trevijano, Marcelino Camacho (de Comisiones Obreras), Nazario Aguado,(del, Partido del, Trabajo) y José Vidal Beneyto (de la disuelta Alianza Socialista de Castilla).
La democracia no puede hacerse sin demócratas
«La democracia no puede hacerse sin demócratas», dijo Calvo-Serey en respuesta a una pregunta sobre el momento Político español. «El régimen, decía yo en mÍ artículo en Le Monde por el que me ha procesado, había consumido ya la alternativa falangista, la alternativa demócrata-cristiana, y la tecnocrática, y en 1971 sólo le quedaba por probar una alternativa reformista, que era lo único que le podía haber salvado. Sin embargo, eso es lo qué se, está intentando hacer ahora, pero ésa es una solución que ya no vale.»
Calvo Serer sostuvo que el delito que se le acusaba, descrédito del Estado, castigado con seis a 12 años de prisión mayor, no era más que la consecuencia de ejercer la crítica política a la que tíenecloirecho todo ciudadano. «No hay por qué confundir, como se ha venido haciendo hasta ahora, la crítica política con los ataques personales». Manifestó Calvó,que, una vez, detenido, fue interrogado por el juez de orden público, ante el que no se les dijo de nada. Contó que el juez hizo leer el artículo en español (había sido publicado en francés), observó que tenía diversos defectos de traducción.
Aunque los abogados de Calvo Serer han solicitado la celebración, cuanto antes del juicio, por considerar vejatoria la continuación del estado de libertad condicion al de su defendido, aquellos en que elJuicio no se celebrará iasta después del verano, dado el iecho de los numerosos procesos lue lleva en gestión el Tribunal de Orden Público, para el que tienen preferencia los casos dé delito en el jue el acusado estáen prisión.
Calvo Serer expuso ampliamen te sus gestiones, en representación grupos de la oposición deocrática en Washington, en acusación paralela a las discusiones sobre el-Tratado hispano norteamericano, pendiente de ratificación por el Senado de los Estados Unidos.
«Desde marzo de este año, dijo- se empezó a notar un cambio e clima, muy claro, en los medios políticos cie Washington, respecto de las relaciones con España. Hasta entonces se venía creyendo que en España podía ocurrir cualquier, cosa, después de la muerte de Franco. Seguía teniendo predicamento la posición oficial del departamento de Estado, de conceder, todo el apoyo al Gobierno, y mantener aislada a la oposición. En ese mes, el senador Humplirey y otros demócratas comenzaron a dar signos de reticencia sobre la, marcha de las reformas en España. Poco a poco fue abriéndose paso la idea de que los planteamientos de Coordinación Democrática eran decisivos para el futuro de España.»
A continuación señaló el señor Calvo Serer: «Pronto quedó claro para todos que la cuestión de la amistad de los Estados Unidos con España, y por lo tanto, la suerte del Tratado mismo, dependía,de la cuestión de los derechos humanos».
«Lo que el pueblo norteamericano quiere para España es lo que quiere el pueblo español -añadió-, esto es, el reconocimiento de los derechos humanos que es lo que ha hecho grande a la democracia americana. Don Juan Carlos no hubiera podido tener la acogida que tuvo en el Congreso si no se adhiere firmemente en su discurso a los principios democráticos. »
Calvo Serer atribuye importancia crucial al informe A twood, elaborado por el consejero político del senador Eagleton, quien en nombre del comité de Relaciones Exte-riores del Senado visitó España para preparar un informe político, previo a las sesiones para la ratificación del Tratado.
«Don Juan, Carlos -dijo Calvo Serer- ya había dejado en claro su pensamiento, hace años, durante la presidencia de Eisenhower, cuando era embajador de España, Areilza, y durante la de Kennedy, estaba de embajador, Antonio Garrigues, y también ante Nixon había manifestado a los, presidentes norteamericanos, en visitas a Washington, que éI sólo, podría ser rey de una monarquía constitucional.»
Calvo Serer predice un cambio de talante ético en la política exterior norteamericana: después del pragmatismo de Johnson y el autoritarismo de Nixon, se abre paso la creencia de que la amistad de los Estados Unidos con otros pueblos sólo puede basarse en el respeto de los derechos humanos.
De sus experiencias en la cárcel, Calvo Serer dijo que se había encontrado con presos políticos de todos los orígenes: comunistas, ETA, FRAP, Partido del Trabajo y Comisiones Obreras. «Mi estancia de unos días en Carabanchel me ha hecho comprender que para otros los meses y los años en la cárcel son un sacrificio durísimo. No puedo sino mostrar mi admiración y simpatía con todos los que sufren prisión. Por eso creo que lo más urgente es conseguir la amnistía. Hay que acabar con esta lepra de los delitos políticos», añadió.
Calvo Serer anunció que esperaba regularizar su situación académica como catedrático de la Complutense.
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