Exito de los libros políticos

Dieciséis días después de inaugurada se clausuró la XXXV Feria del Libro en Madrid. Una Feria variopinta y pinturera en la que la cultura; cuantitativa y cualitativamente, inundó el paseo de Coches del Retiro durante dos semanas.Hablar del éxito de los libros políticos sobre la narrativa literaria, y hacerlo a éstás alturas, no deja de ser un gesto cruel sobre todo, para los literatos. Valga el citar que, Marcelino Camacho firmó en un par de días 1.430 ejemplares de sus charlas en la prisión para comprender por dónde van los tiros. Si a ello añadimos el dato de que Ramón Tamames, en una de sus tardes firmó más de 600 ejempláres, se comprenderá que la poesía seguirá siendo minoritaria.

Entre los carteles anotemos la venta masiva del dedicado a la amnistía, en el que se reproduce uno de los cuadros de la última exposición de Juan Genovés, y que en su día motivó la detención del pintor y la del escultor Rafael Muyor.

Afirmar, a la vista de los resultados, que el país anhela formarse políticamente, pudiera ser excesivo si pensamos que el país es algo más que el paseó de Coches del Retiro.

Lo que es evidente es que ha habido quien en una tarde vendió más ejemplares que Raymond Russell en su vida, sin por ello establecer valoraciones de cualidad,

Analizar globaImente una Feria en la que hubo 218 expositores, resulta empeño imposible. Sin embargo todos coinciden en afirmar que las 40.000 pesetas por módulo son excesivas apuntándose en ocasiones la palabra usura a la hora de calificar sintéticamente las razones de la tarifa. En otros ámbitos en los que él optimismo por lo cultural es mayor, se suelen dejar del excesiyo, mercantilismo feriante, a la vez que describen con lujo de detalles el concepto ideal de la Feria, en el que las conferencias discusiones, arroparían las ventas.

Pretender excluir del mundo editorial y/o bibliográfico la ley de la oferta y la demanda, y los conceptos económicos del beneficio y la plusvalía, no deja de ser quimérico cuando no autoconmiserativo.