Angola pide medidas internacionales contra los mercenarios

Se espera conocer en cualquier momento la sentencia que ha de recaer sobre los trece mercenarios juzgados en Luanda. Para todos se ha pedido la pena de muerte, y, se cree que algunos de los acusados, que fueron poco activos durante la guerra civil de Angola, no recibirán condenas muy severas.

El mercenario contra el que pesan más cargos es el británico coronel Callan, acusado de haber matado a numerosos civiles angoleños y de haber ordenado la ejecución de 14 compañeros suyos.

Durante el juicio, la mayor parte de los encartados han tratado de defender su causa. Callan, sin embargo, se ha negado en todo momento a decir nada en su defensa. Un mercenario norteamericano dijo incluso que él estaba dispuesto a luchar ahora en el Ejército angoleño si fuera preciso.

Pero, el detalle más curioso del juicio ha sido el protagonizado por un testigo, que aseguró haber presenciado una masacre ocasionada por los mercenarios y que juego fue encarcelado por perjuro.

Ayer acabó en Luanda un congreso que se ha celebrado paralelamente al juicio, en el que se destacó el papel que juegan los mercenarios en el mundo. En el acto de clausura, el primer ministro angoleño anunció severas medidas contra quienes sigan yendo a Angola con el propósito de reavivar, como mercenarios, la guerra civil. El presidente del congreso, un congoleño, presentó las conclusiones. En ellas se incluye la petición a los organismos internacionales competentes de que adopten medidas que tiendan a la prohibición total de actividades como las que ahora se han puesto a juicio en Angola.

Tanto el juicio como La convención de Luanda, como se ha llamado al congreso, terminan cuando Angola acaba de dirigirse a las Naciones Unidas para solicitar su integración en ese organismo como miembro de pleno derecho.