No acudiré a la llamada
Reprochándole hace pocos días el señor Gervás, de Madrid, la publicación de un artículo en que se empleaban las palabras coña y cachondeo (reproche confortador, pues prueba que la estirpe censora sigue contando con importantes reservas), asegura que tales vocablos han hecho resurgir en él su viejo cavernicolismo. Y exclama: «¿Dónde vamos a llegar? ¡Que llamen a Lázaro Carreter!». Le agradeceré que: haga saber a dicho señor mi decisión de no acudir a tal llamada. Ni razón más simple: coña y cachondeo son voces perfectamente castellanas. Otra más compleja es; que los cavernícolas, dotados de singular fortaleza, no necesitan ayuda. Por fin, que mi modestísima empresa de defensa del idioma parte de supuestos que no son los que parece entender el señor Gervás. Pero no es este el lugar de explicárselos.Muy cordialmente