Una feliz iniciativa, llamada "polémica"
Y una nueva orientación de las exposiciones comerciales
Bajo la común advocación de Polémica se incluyen aquí 14 exposiciones distintas, de carácter individual o colectivo, que otras tantas galerías madrileñas han acertado a concertar y proponer de cara a un galardón único y simbólico, para estímulo del arte joven, o atento a nuevas directrices creadoras, o simplemente desconocido.Nuestras galerías de arte han venido atendiendo (salvo excepción contada, tanto de promotores como de actos promovidos) al aspecto mercantil de sus menesteres, olvidando, por lo común, el alcance cultural (siquiera como adorno) de los productos que ellas ponen en venta u ofrecen al fomento del coleccionismo o a la vista de más o menos atinadas inversiones financieras. (Buena prueba de su olímpico desdén hacia el adorno de la cultura se nos acaba de dar en la última fase selectiva del Ferial de Basilea, del que en breve daremos noticias.)
Un único requisito
Ni lo que en ello pueda haber de reclamo o envoltura ornamental parece haber movido a galeristas o galerófonos (no es mote, sino término más preciso, fundado en noble sufijo helénico) a distender un tanto sus miras o hacerlas formalmente compatibles con objetivos extracomerciales. ¿Cuántos actos culturales se celebran en nuestras salas de arte al cabo del año? Sobrarían dedos de una mano a la hora de mencionarlos y dar el nombre de sus ocasionales padrinos.Viene a cuento este largo y nada halagüeño preámbulo para subrayar con doble trazo el contraste de esta iniciativa, llamada Polémica, en cuyo medro (no se si a merced de estricta conciencia o de sola estrategia) han empeñado desusados afanes 14 galerías de Madrid. Se agradece y aplaude el buen propósito de los organizadores asociados, deseando que, a partir de la experiencia de este año, cunda el ejemplo en los sucesivos.
Por fortuna, no van las intenciones de Polémica a la propuesta de nuevos artistas, basada, como es hábito, en el dato escueto de la juventud. La edad (el odioso absténganse mayores de...) no fija aquí el consabido límite selectivo de otros concursos, aunque, dada la peculiaridad de éste, terminen Por ser jóvenes los más de los expositores.
Tampoco hay restricción alguna en cuanto a tendencias y estilos, Cada galería elige al artista o artistas de su atención o agrado, quedando juzgada ella misma por el acierto o desatino de su elección, y fomentando el juego de la polémica que, en última instancia, se pretende. Puede cada una de las exposiciones ser de carácter individual o colectivo y congregar los más diversos procedimientos y técnicas expresivas.
El requisito único para la validez de su participación es que ninguno de los artistas convocados haya expuesto con anterioridad en Madrid, a título, al menos, personal. Todo un acierto y una libre actitud frenta a arbitrarias y usuales discriminaciones. La única forma de poder ofrecer algo nuevo en el ámbito expositivo exigirá, en efecto, la renuncia a lo ya visto o la exclusión de lo ya expuesto.
En la jerga del gremio es frecuente la conjugación del verbo arriesgar, habitualmente referido a aspectos económicos. El riesgo que en este caso han asumido libremente las galerías madrileñas es de otra índole. Aparte del prestigio, van a quedar a la vista o juicio de todos las opciones y cuidados de cada una de ellas, junto con el grado de oportunidad y coherencia histórica. Y es muy posible, y pata bien, que, tras los ecos de Polémica se modifiquen criterios y se abran alternativas de cara a la temporada venidera.
Posible resonancia internacional
¿Una forma de deshacer viejos moldes e incidir (¡ya era hora!) en aspectos más propiamente culturales? El propósito es plausible y obvia la expectativa, incluso allende nuestras fronteras. Se rumorea, y se ha escrito, que las páginas de la publicación francesa «Opus International», correspondiente al próximo mes de julio, van a ocuparse holgadamente del suceso.Noticia y rumor se extienden a la posibilidad de una mesa redonda en Madrid, con la intervención del director de «Opus International» y los de «Studio International», «Bolaffi Arte» y «Flash Art». Se espera que también intervengan el crítico francés Jean Leymarie, el director de la Documenta de Kassel y otras, figuras consagradas por su dedicación a los asuntos del arte de nuestro tiempo. Un ejemplo, en fin, que merece atención, del lado, especialmente, de los sectores oficiales, cuyas exposiciones y concursos dejan tanto que desear.
Babelia
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