Indignación en Italia por el asesinato del fiscal de Génova
El triple asesinato del martes en Génova ha provocado en toda Italia una ola de indignación y reprobación.En Génova, donde los trabajadores han efectuado un paro de tres horas, unas 10.000 personas han asistido a un mitin convocado por los sindicatos provinciales para condenar el episodio. En todo el país, los trabajadores han observado quince minutos de paro como «respuesta política» de la Federación Sindical de comunistas, socialistas, democristianos, socialdemocráticos y republicanos.
Según la autopsia, el fiscal de la República, Francesco Coco, fue alcanzado por ocho balazos, calibre 65, seis en la espalda y dos en la cabeza. El guardaespaldas Giovanni Saponara fue acribillado por dieciséis tiros de pistola-ametralladora calibre 9, doce en la espalda y cuatro en la cabeza, y el chófer, Antioco Dejana, cayó con siete balazos calibre 7,65, tres en la cabeza y cuatro en el tórax.
La consternación domina en la gran mayoría de los italianos, que hablan de «vil asesinato premeditado» y de una tensión social que conduce al borde de la guerra civil. La reprobación firme y sin distinos inspira todas las declaraciones de los políticos que creen en la democracia y compiten en esa campaña electoral con medios democráticos para obtener una convivencia civil de todos los italianos. El suspense y el silencio mueven sobre todo a los observadores del «caso italiano» a no formular juicios precipitados sobre estrategias y responsabilidades.
La paternidad del crimen fue reivindicada inicialmente por dos extremismos de signo opuesto, según una llamada telefónica al diario Corriere Mercantile, dos a Il Laboro y una octavilla depositada en el buzón de un ciudadano genovés de las afueras de la ciudad, los autores del crimen serían las «brigadas rojas».
Anteriormente, el asesinato se lo habían atribuido los Nuevos Partisanos, organización de extrema izquierda recientemente aparecida, y, ayer, a través de un comunicado enviado a un diario de Génova la organización fascista Vanguardia Nacional reclamaba para sí la paternidad del atentado, lo que luego fue desmentido.
La policía atribuye a las Brigadas Rojas el triple asesinato de Génova, según declaró anoche en una conferencia de prensa el comisario jefe del antiterrorismo, Emilio Santillo, prometiendo grandes novedades próximamente. Uno al menos de los cuatro asesinos y no cinco como se creyó en un primer momento, fue identificado con la técnica del identikit. Se trataría de un militante de la organización, apodado Narias, conocido por la policía y cuyo identikit, ha sido transmitido a la Interpol, y en especial a la policía de Alemania Federal y de Francia. Desde 1969 los crímenes políticos cometidos en Italia se cree que tengan complicidad -si no su origen- en centrales europeas todavía sin identificar.
Mientras la policía anunciaba en Génova que seguía la pista buena, en Turín, donde se está celebrando el proceso contra el jefe de las Brigadas Rojas, Renato Curcio, y otros brigadistas, uno de los acusados leyó un mensaje reivindicando la paternidad del asesinato. Mientras tanto, el grupo neofascista prohibido días pasados por el Gobierno, Vanguardia Nacional, ha desmentido en un mensaje la paternidad que se le atribuía por una llamada telefónica.
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