"Sólo en Europa del Este se puede evitar la huelga"
Una auténtica defensa de la empresa frente a la excesiva intervención del Estado y frente a las asfixiantes reivindicaciones sindicales fue la tesis desarrollada por Giovanni Agnelli, presidente de Fiat, en la conferencia que pronunció ayer en Madrid.Giovanni -Gianni familiar y económicamente hablando- Agnelli hizo una verdadera profesión de fe neocapitalista, liberal, burguesa y europea. «La empresa, como representante de la sociedad pluralista». Y el auditorio -lo más selecto del empresariado y la banca española- mostró su gran interés, su gran recelo, por conocer cuáles serían los efectos de un triunfo comunista en Italia, e incluso en las Comunidades Europeas. La Asociación para el Progreso de la Dirección, organizadora de la conferencia, quiso saber, al menos, lo que piensa el cerebro de la familia más poderosa de Italia sobre el creciente peso del eurocomunismo, sobre el recrudecimiento de la agitación social, sobre la huelga...
«¿Manera de evitar la huelga?», repuso Agnelli a una de las cuestiones. Sólo con los métodos de la Europa del Este, y éste sistema no lo queremos. Respuesta que fue corroborada por un espontáneo aplauso.
El presidente de la compañia de automóviles que ha pesado fundamentalmente en la política italiana durante los últimos 50 años nos vino a decir que los empresarios le han visto las orejas al lobo de la expansión incontrolada. «La experiencia demuestra que el intenso desarrollo económico ha contribuido a crear muchos problemas. Graves fenómenos de concentración urbana e industrial, falta de infraestructuras, insoportable aumento de las presiones sociales que se ha cargado la empresa». En definitiva, han cercenado su riqueza y han mermado la iniciativa privada. He aquí las conclusiones que establece Agnelli: Si no se hacen unas profundas modificaciones en las condiciones internas de la actividad empresarial no puede repetirse la experiencia de la expansión económica y social de los años pasados. Es necesario establecer un cuadro de normas, tanto a nivel internacional, como europeo, que haga más correcto y más controlable el comportamiento de las empresas y de los holdings. La Administración no debe imponer cargas excesivas a la empresa, ni tampoco dificultar su autonomía dentro del correcto funcionamiento de la economía de mercado. Los sindicatos deben abstenerse de cargar todas sus reivindicaciones sobre la empresa, por muy justificadas que sean éstas. «Solamente a través de una programación concertada y de un pacto entre todas las partes sociales podrá la empresa ser una fuente de riquezas para todos y garantizar el progreso económico y social».
En el coloquio, Agnelli senior se mostró ocurrente, ingenioso y optimista. «La hipótesis de que el comunismo triunfe en las elecciones italianas hay que descartarla por completo». Y ante la asistencia: «Tengan un poco de paciencia, sólo faltan dos semanas para conocer el resultado de las votaciones»... «El término eurocomunismo sólo tiene ocho meses de existencia y me piden que hable de él, cuando existe Polonia, Alemania Oriental, Bulgaria, Hungría... que también son Europa». Y todavía otro aplauso cuando dijo: si por política social muy avanzada se entienden las enormes cargas sociales, creo que los resultados son de desastre.
No faltó la pregunta sobre España y la CEE. Agnelli diferenció entre tiempos políticos y tiempos económicos, ambos íntimamente relacionados, y puso en duda que los empresarios españoles quisieran realmente entrar en la Comunidad cuando piensan en la enorme competencia que supondrá para sus industrias.
¿Qué ha llevado a los Agnelli a participar más activamente en política? (aparte, claro está, de las fuertes subvenciones de los industriales a los partidos anticomunistas). «Mi hermano Umberto quiere ser senatore, mi hermana Susanna se presenta como independiente republicana y yo me dedico a la hacienda. Alguien tenía que hacerlo». Y en cuanto a la colaboración Fiat y Seat: «iTutti va benne!».
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