La política del avestruz
Las estadísticas de paro, uno de los indicadores de coyuntura, tanto desde el punto de vista económico como del social, más importantes en cualquier sistema, gozan de poco crédito en nuestro país y, sin duda, la responsabilidad de ello es únicamente del Gobierno.Ayer, el ministro de Hacienda en el discurso que pronunció en Córdoba y del que damos cuenta en esta misma pagina, decía que el porcentaje de paro en esa provincia era del 5,5 por 100. Las cifras que maneja el ministro son las que se consideran oficiales, resultado de las estimaciones del Ministerio de Trabajo, según los registros de la oficina de colocación.
¿Por qué se sigue manteniendo esa ficción estadística, existiendo cálculos oficiales que, aunque con mayor retraso, cuantifican con mayor exactitud las cifras de paro?
Se trata, sin duda, de mantener esas infravaloraciones que suponen la venda en los ojos para no ver una realidad poco edificante. Lo mismo pasó con el pan, mejor dejar el precio y reducir el peso que operar con precios reales. Llegan los momentos límites en que ya no se puede dar más ficción y en el reajuste se paga el coste de años de engaño.
Las estadísticas de paro que elabora el INE en base a la encuesta de población activa daban para el primer trimestre de este año (ver EL PAIS del 1 de junio), un 5,35 por 100 de desempleados, 714.400 personas. Las cifras oficiales en ese período eran 400.000 parados, que suponen poco más del 3 por 1.00.
El ministro de Hacienda habló en Córdoba del 5,5 de desempleo para la provincia, la encuesta de Estadística localiza el 7,26 por 100 de parados.
Mantener la ficción, ¿permite afrontar seriamente la, solución de ese problema de desempleo que es de los más importantes del país?
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